jueves, 14 de octubre de 2010

La Voz...de los lectores

Empeoran las cosas con CFE, dice

A un año de la mala decisión del gobierno de tomar las instalaciones de LFC, arrojar a más de 44 mil empleados a la calle y que el servicio se entregó a CFE, las cosas van de mal en peor. El suministro de luz es malísimo, los cobros están mal calculados y en ocasiones han aumentado mil por ciento. Además de dañar a los trabajadores de LFC, nos han afectado también al resto de los ciudadanos en lo económico, sicológico y de seguridad, pues ahora hay grandes zonas oscuras e inseguras, interrupción de clases vespertinas y alimentos descompuestos por falta de energía eléctrica, entre otros.
Las razones de Felipe Calderón fueron que LFC resultaba, cara, insuficiente y corrupta. Publicó miles de espots, inserciones pagadas y demás en los medios de difusión, que no son nada baratos. Se gastó en acabar no con una empresa, sino con miles de ciudadanos que no tenían el poder de administrarla, ni de determinar las tarifas y menos de ser vigilantes de la dirección. Despidieron empleados en tiempos de una crisis, no la que viene de afuera, sino la que ellos han creado dentro del país. Ahora salen a relucir terribles actos de corrupción en CFE. La imagen que tanto preocupa al exterior está terriblemente deteriorada; sin embargo, no veo sanciones fuertes a los empleados corruptos y a los que por omisión (¿?) solaparon. ¿Qué pasó con la mano dura?, ¿con la transparencia y legalidad? El gobierno debe estar ocupado con tanto festejo centenario y bicentenario o tal vez inaugurando una fábrica o planta donde las condiciones de trabajo sean las idóneas para sus socios y amigos, o sea de esclavitud legalizada por Javier Lozano.
Norma Sosa

Mineros de allá, mineros de acá.

Tal vez este foro acoja, junto con los comentarios de indignación por "nuestra clase política", otros de vergüenza y pena ajena (ante nosotros mismos y ante el mundo) cuando, a punto de resolverse venturosamente la tragedia de los mineros chilenos, es imposible dejar de recordar cómo se manejó acá el caso de la mina Pasta de Conchos, donde no se hizo NADA para intentar no ya un rescate, ni siquiera condolerse ni ser solidario con los deudos que aún sufren. Pena ajena por las indignas autoridades que "atendieron" el caso y pena ajena por todos nosotros que como sociedad, no reclamamos en su momento la inacción y el cinismo de este gobierno espurio. Si no fuimos capaces (como gobierno a cargo de la vida social, como sociedad en su conjunto) de reclamar que se hiciera algo por los mineros muertos y enterrados, por los 49 niños inocentes quemados en la guardería ABC, menos vamos a protestar ahora por el saqueo de la nación, por la destrucción de la sociedad por la violencia, por el desdén de los mexicanos por México. Mirémonos en el espejo chileno: algo está muy mal en nuestra patria.
Antonio

¿Peligro o pánico por reorganización?, pregunta
En relación con la declaración que hizo Felipe Calderón, aparecida en la portada de La Jornada, “AMLO es un peligro para México”, quiero comentar que el verdadero peligro para México resultó ser él: un mandatario ilegítimo, sin noción de gobernabilidad; peligro para la clase trabajadora, los sindicatos, la educación gratuita, los bebés en guarderías subrogadas y los más de 7 millones de jóvenes que no tienen ni futuro ni esperanza. Para los jubilados que ven mermadas sus pensiones, para los empleados de la aviación, las paraestatales y para quienes cruzan un retén militar. Calderón es un peligro para la estabilidad del país, la soberanía, el Estado laico, la cultura, la libertad de expresión, los periodistas, los inmigrantes del centro y del sur del continente, la democracia y la seguridad social. Y ésta no es verborrea, es una descripción de hechos fehacientes. El país ha quedado devastado y ensangrentado. ¿Seguirán vulnerando y lacerando a la nación? ¿Seguirán polarizando a la sociedad? ¿No será que sale a flote, una vez más, el pánico de la clase gobernante frente a la reorganización de la sociedad civil?
Esther Baradón Capón

En México, se unieron para no rescatar a mineros: Obispo Raúl Vera
En Chile, el gobierno federal y los empresarios se unieron para un rescate mineros, y en México, se unieron para impedirlo, señaló el obispo de Saltillo, Raúl Vera. En entrevista radiofónica con Carmen Aristegui, afirmó que en la mina Pasta de Conchos no se quieren recuperar los cuerpos, ya que si se encuentran juntos cerca del tiro de la mina, se confirmaría que estaban vivos y que esperaban a ser rescatados. Descalificó los argumentos sobre que la mina tenía muchas bacterias, lo que impedía el rescate de los cadáveres, y afirmó que una empresa realizó un video con rayos infrarrojos donde se demuestra que la estructura donde trabajaban está completa. También aseguró que los dichos sobre que la explosión fue tan grande que destruyó los restos no tiene fundamento. Por otra parte, comentó que la PGR archivó sin razón la averiguación previa sobre el caso, y aunque activistas lograron que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera una recomendación, el documento sigue cerrado. Existe una factura donde se comprueba que las vigas fueron movidas para ahorrar, lo que ponía en riesgo la vida de los mineros, afirmó.

En México salen más baratos los mineros muertos....vaya cinismo de autoridades y empresarios
De vuelta a la superficie terrestre los mineros chilenos es imposible no contrastar el empuje y los logros chilenos con la mezquindad criminal que en Pasta de Conchos mostraron los empresarios –que gastan millonadas en el mantenimiento de sus cuadras de caballos pura sangre–, los funcionarios federales –comenzando por san Carlos Abascal, pasando por el beato Francisco Xavier Salazar y llegando al golpeador Javier Lozano y su jefe desalmado– y el segmento social que contempló pasivamente la manera en que los mineros mexicanos fueron mínimamente defendidos de la muerte, buscados apenas para decir que algo se había hecho, reducidos a daño laboral colateral que más barato saldría muerto que en vía de un probable rescate, y a cuyas familias se ha mantenido hasta ahora bajo el doble agravio de la injusticia en el pago de indemnizaciones y prestaciones y del nulo apoyo para rescatar aunque fuera los restos de esos cuerpos condenados con frialdad contable a seguir por siempre inalcanzados.
Julio Hernández

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