lunes, 17 de enero de 2011

Visiones encontradas
Enrique Ibarra Pedroza
Acaba de iniciar el año del 2011. El penúltimo año del sexenio calderonista, que además del signo de ilegitimidad que lo ha marcado, se ha significado por el ahondamiento de la desigualdad social, de la pobreza alimentaria, patrimonial y de capacidades que en su conjunto rebasan los 60 millones de mexicanos. Además como nunca en nuestra historia la violencia y la inseguridad flagelan a nuestras familias. Las más de 30 mil víctimas que reconoce oficialmente el gobierno federal, entre ellas centenares de gente inocente son una muestra de la ineficacia y la ineptitud de actual gobierno.
Sin embargo en este año, prolegómeno de la elección presidencial del 2012 acentuadamente político en el que se confeccionaran las candidaturas para esos comicios, el discurso, la narrativa que Calderón y los suyos quieren vendernos a los mexicanos sobre las bondades y logros de la gestión panista en la conducción del país, es no solo hueco y mentiroso, sino ofensivo al sentido y a la inteligencia de los mexicanos.
En su mensaje los mexicanos, Calderón verbalizó un discurso de un México que solo él y sus cercanos están viendo y viviendo. Sin recato alguno afirmo que “el 2011 será un año de realizaciones, un año en el que avancen los proyectos personales de cada mexicana y de cada mexicano… Muchos jóvenes quieren seguir superándose en la escuela y cursar una carrera universitaria; otros mexicanos quieren tener su casa propia… muchos más quieren mejorar en su empleo, o emprender su propio negocio”.
Según Calderón con el apoyo de su gobierno en el 2011 los mexicanos podrán hacer realidad esos anhelos. Luego vino la avalancha de las cifras sobre la creación de nuevos empleos en las voces del delfín de Calderón, Ernesto Cordero y de Javier Lozano que hablaron de más de 800 mil nuevas plazas y, por si fuera poco ese embuste el propio Calderón al homenajear a las enfermeras “copeteo” esa cifra y le aumento 90 mil más.
Evidentemente esa visión del México feliz y maravilloso, contrasta con el que día a día sufren la inmensa mayoría de los mexicanos, los jóvenes que no tienen espacios educativos ni laborales, los que aun teniendo empleo tienen salarios miserables y muchos de ellos sin un mínimo de garantías laborales, ni expectativas de una seguridad social digna para su futuro.
La inmensa mayoría está sufriendo la peor crisis económica, social y hasta anímica que registra nuestra historia, la cual se ha venido larvado desde los gobiernos neoliberales de 1982. Por ello la siguiente elección presidencial es la gran oportunidad de elegir un gobierno diferente a los del PRIAN de los últimos 30 años.

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