jueves, 9 de febrero de 2012


A Fondo....
Por Hugo Rodríguez Vázquez
Legalizar o no las drogas, ¿sinceridad o hipocresía?
Quiérase o no el asunto de legalizar el consumo de las drogas en México no es otra cosa que una estrategia que surge ante la evidente derrota que el gobierno federal está teniendo en su "guerra" contra el narcotráfico que ya tiene saldo trágico de más de 50 mil muertos hasta el momento, y contando, los que se sumen hasta el final del año en este baño de sangre que parece no tener fin, peor aún, que pese a todo se mantiene al alza en todo el país principalmente en los estados fronterizos del norte.
En otras palabras, como que se empieza a abrir el ostión político sobre el tema de legalizar el consumo de la droga porque el propio gobierno pirata de Calderón sabe ya que la guerra contra el narco no va del todo bien, es más, que no se ganará. Desde luego el tema de la legalización de las drogas tiene cierto tabú pero sin duda porque se maneja con tintes de hipocresía, porque por ejemplo el tabaco y no digamos el alcohol ocasionan más muertes y nadie perece reparar en ello. Tan sólo del tabaco se dice mueren al año 60 mil personas por causas derivadas del tabaquismo, es decir, 167 personas todos los días. Y esas son las estadísticas del tabaco, que víctimas del alcohol son muchas más, lo que nos darían cifras escalofriantes muchas más que las muertes que ocasiona el narco, los ejecutados y levantados, entre otras.
En Estados Unidos en la época aquella de la prohibición del consumo de alcohol en los años veinte del siglo pasado, el gobierno perdió la batalla y al dar paso a su legalización de golpe y porrazo acabó con al gangsterismo de los Al Capone y compañía. Cierto, la legalización de las drogas en México, por ejemplo de la mariguana, no es un paso fácil, pero tampoco es para rasgarse las vestiduras pues tan droga es el alcohol y el tabaco como la mariguana por citar un ejemplo, que como ya se apunta tabaco y alcohol provocan más muertes a ciudadanos consumidores y dejémonos de conductas hipócritas, porque después de todo, su consumo no es obligatorio y como es el caso de las drogas permitidas por la ley, cada quien es responsable de su compra y uso.

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