jueves, 30 de agosto de 2012


Las cuotas «voluntarias» en las escuelas, todo un atraco
(Sergio Mejía Cano).-Por lo visto las cuotas "voluntarias" que aportan los padres de familia tanto en la inscripción de sus hijos, así como para otros gastos que de ningún modo les corresponden no desaparecerán, pues autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) las están avalando al decir que son justificadas "en razón de que se trata de acuerdos entre las autoridades y los padres de familia".
De parte de las autoridades de la SEP y de los planteles educativos no es de extrañar que digan que están justificadas, ya que esto ayudaría a que escatimaran recursos destinados a gastos necesarios de mantenimiento de las escuelas. De los padres de familia sí que está raro que lleguen a dicho acuerdo de aportar "voluntariamente" dichas cuotas si son precisamente lo que muchos de éstos padres de familia están protestando por ser un duro golpe a su bolsillo. Lo que pasa es que quien las aprueba son las llamadas "Sociedades de Padres de Familia" que, coludidas con las autoridades de las escuelas se ponen de acuerdo para esquilmar a los que no están de acuerdo con que les cobren por algo que no tienen por qué pagar nada. Así que lo que tendría que desaparecer inmediatamente son dichas asociaciones de padres de familia que en muchos de los casos están conformadas por gente sumisa o barbera con las autoridades de los planteles educativos sobre todo para que sus hijos reciban buen trato y en algunos casos, se dice que muchos de estos socios ya ni hijos tienen en las escuelas en cuestión.
Según se ha informado, que supuestamente los padres de familia que estén inconformes con las dichosas cuotas que en realidad no son voluntarias sino a fuerzas, so pena de no quedar inscritos en muchos casos los alumnos, pueden no pagar nada o demandar que les están cobrando; sin embargo, quién de los padres de familia se atrevería a hacer alguna denuncia de este tipo si lo que primeramente temen son las consabidas represalias hacia sus hijos y desde luego, ser mal vistos por los otros padres que sí aportan las cuotas que en muchos de los casos son gente que sí puede ponerse con su cuerno, pero hay, la mayoría de quienes tienen hijos en la escuela que por más que quisieran pagar sus cuotas para que sus hijos no tengan ningún tipo de maltrato, no cuentan con los recursos suficientes por los bajos salarios que perciben en su trabajo, los que lo tienen, pero los que no, pues de dónde; y muchos padres de familia no tienen nada más un hijo estudiando en una escuela, pues los hay que tienen hasta tres o cuatro en un mismo plantel, así que cómo pagar si primeramente hay que comer.
Por donde quiera que se le quiera ver, los padres de familia no tienen por qué dar ninguna cuota ni a fuerzas ni voluntariamente, pues el Estado tiene la obligación de aportar los recursos necesarios para el mantenimiento de una escuela de todo a todo, pero como las costumbres se hacen leyes, ya una vez probada la sumisión de muchos padres de familia que tratan de convencer a otros con el cuento del bienestar de sus hijos en los planteles arreglándoles esto o aquello, etcétera o comprando hasta garrafones de agua, sin ninguna justificación, pues para las autoridades tanto de la SEP como de las escuelas, pues mejor y venga a nos tu reino. Así el presupuesto diseñado para el gasto de las escuelas no se gastaría y tal vez se podría desviar hacia otros rubros muy ajenos a la enseñanza.
A muchos de nosotros cuando alumnos de primaria o secundaria nos tocó un día de aseo, en que se nos proporcionaba una escoba para barrer y un trapo para limpiar los pupitres y ventanas; en muchos casos trapeador no por ser el piso de vil cemento o tierra, pero en otras escuelas quizá sí se proporcione el matrimonio feliz, es decir, la escoba y el trapeador; matrimonio feliz porque se la pasan bailando cuando se usan. ¿Siempre serían los padres de familia quienes compraban los utensilios para el aseo de los salones o los proporcionaban las autoridades de las escuelas? Está tan arraigado la aportación de cuotas voluntarias que hasta los bancos entran en el juego, ya que hay muchos padres de familia, si no es que todos, que tienen que acudir a un banco determinado a pagar las dichosas cuotas, sobre todo de inscripción. Se dice, de acuerdo a la información en los diarios como del Grupo Reforma, que es posible que se lleguen a juntar por dichas cuotas de padres de familia hasta siete mil millones de pesos. Y sin embargo, muchas escuelas carecen de casi todo o todo sin mantenimiento mínimo. Pero en fin. Por otra parte, dilecto doctor arquitecto Proal, qué más quisiera estar en el bello puerto, estuve por allá a fines de junio, pero no hubo chance de ir a la famosa puntilla.

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