jueves, 20 de diciembre de 2012

La Cuesta de...Sayula
Máquinas tragamonedas cunden en Sayula
Por todas partes de la ciudad, principalmente en tindas de abarrotes, han proliferado las máquinas tragamonedas, lo que representa un buen negocio para las personas que se dedican a este negocio. Lo malo es que, este tipo de artefactos están prohibidos por ley y en otros municipios, como trasciende en Tlaquepaque por ejemplo, las autoriades de esa villa, han emprendido una campaña para decomisarlas. En Sayula, lo peor es que su operatividad dé pie a que el personal de reglamentos l eentren al negocio de la mochada, que al parecer así funciona, puesto que no se explica de otra manera su libre operatividad de estas maquinitas paralo cual se hacen, evidentemente, de la vista gorda.
Incremento al mínimo en 2013 será de 2.43 pesos
Los empresarios de este país, seguramente estarán ahora muertos de risa, ya que se aprobó un incremento del 3.9 por ciento al salario mínimo, algo así como 2.43 pesos, que, se quejan los trabajadores, no ajusta ni para un boleto del metro, o apenas para unas cuantas tortillas.
Dicho porcentaje es incluso menor al establecido para este 2012 que fue de 4.2 por ciento y cercano al 4.0 que plantearon inicialmente las organizaciones empresariales del país. Además, el acuerdo se tuvo en un tiempo récord ya que por lo general la fijación de los mínimos se anuncia los últimos días del año y ahora se hizo casi con 12 días antes.
Cual austeridad aquí en Sayula no hay pobreza
Y mientras se comenta el miserable incremento a los salarios mínimos de los trabajadores, aquí en Sayula no carcajeamos de la austeridad, bueno, los altos funcionarios municipales al menos, ya que se acaban de aprobar un aumento a sus salrios de más del 30 por ciento, que en algunos casos se justifican, pero en otros es más que incongruente. Al menos el aumento que corresponde al director de reglamentos, recientemente denunciado por mandar a sus huestes a cobrar el derecho de piso en los festejos del Santuario, sin otorgar el recibo municipal, a robar pues, y que en lugar de cesarlo o recibir castigo oficial por esta denuncia comprobada, recibe como premio un aumento en sus percepciones. ¿Què tal...?

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