Por Arturo Fernández Ramírez
ste próximo lunes será ya Noche Buena y el martes Navidad. Fiestas que indudablemente no pueden pasar desapercibidas por su trascendencia en muchos aspectos, en lo religioso, en lo cultural, en lo familiar, en lo social, en lo económico y en otros más.
Religiosamente es el Nacimiento del Mesías, del Salvador del mundo, de quien vino a salvar a la humanidad del pecado. Es el cumplimiento de la promesa que hizo Dios.
Culturalmente es una tradición milenaria que está rodeada de muchos rituales, de muchas actividades arraigadas en nuestra sociedad y que con el paso del tiempo han ido evolucionando.
En lo familiar, por lo general todas las familias procuran reunirse en la Noche Buena para cenar, para convivir y esperar despiertos la Navidad. Son de las pocas veces en que muchas familias sienten el compromiso de convivir unidas.
Socialmente la mayor parte de la población está ansiosa por estos días, por sus rituales, por sus tradiciones, por todo lo que envuelven las fiestas decembrinas.
Y económicamente es la época en la que mayor derrama de dinero se genera, los aguinaldos y muchas veces aunque no se perciba tal prestación, se trata de ahorrar durante el año para en este mes de diciembre poder hacer compras con motivo de la Navidad. Otras veces, sin aguinaldo o con él, con ahorro o sin él, también se compran muchos artículos a crédito, adquiriendo así deudas que se cargan durante todo el año, repercutiendo de manera inmediata en el mes de enero con su conocida cuesta.
Navidad por tanto, es todo un acontecimiento que no puede ni debe dejarse pasar. En mi opinión, más allá de los regalos, de las fiestas, de las borracheras, de las parrandas, de lo material y de lo económico, lo que no debemos perder ni hacer que se pierda es la esencia de la Navidad como una fecha, como una época en la que es necesario reflexionar, en la que es necesario reconciliar, en la que es necesario recapacitar con el único fin de ser mejores seres humanos.
Una fecha en la que deben florecer los buenos deseos hacia los demás, pero desearlos de manera sincera.
Y así en este contexto, no quiero desaprovechar la oportunidad para desear de todo corazón a todos mis lectores, a todos los que semana a semana me permiten entrar a sus hogares a través de estas líneas, que pasen en compañía de su familia y amigos una muy FELIZ NAVIDAD. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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