jueves, 10 de enero de 2013


Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
Siempre durante enero se resiente más la crisis económica, principalmente porque en las fiestas decembrinas hacemos muchos gastos en regalos, posadas, fiestas, cenas y demás compromisos derivados de nuestras tradiciones muchas veces mal entendidas al convertirlas en meros actos mercantilistas. Cuando no se tiene precaución o no se es bien organizado y administrado en las finanzas propias, se agudiza todavía más la escasez de dinero en este mes porque iniciamos totalmente gastados el año.  Todo se agrava más cuando es justamente en el inicio del año cuando se tienen que hacer los pagos forzosos de muchos impuestos como el predial, agua y refrendo vehicular.
Y si todo lo anterior fuera poco, a pesar del cambio de gobierno federal resulta que también en los primeros días de enero hubo otro incremento más a la gasolina, lo que desde luego originará el aumento del precio de todos los productos y artículos. En contraste y como también suele suceder, el salario mínimo se incrementó en solo unos cuantos pesos que definitivamente en nada ayudan a enfrentar nuestras obligaciones básicas que como jefes de familia tenemos.
Indudablemente que el poder adquisitivo de la clase trabajadora se ha perdido desde hace mucho tiempo. No podemos comprar lo mismo que se compraba hace años con el salario mínimo, el cual como ya sabemos, nunca ha cumplido con su función social ni protectora de la clase trabajadora.
Todo lo anterior es lo que hoy tiene a millones de mexicanos en graves problemas económicos y lo peor de todo es que no se vislumbran cambios verdaderos que hagan despertar una mínima esperanza de que las cosas van a mejorar ya no en el corto plazo si no que cuando menos se visualizaran en el mediano y largo plazo. Todo hace indicar que las políticas públicas que se pueden ver hasta el momento no están encaminadas a resolver de fondo los problemas económicos. El desempleo, los bajos salarios, la falta de oportunidades, entre otros, siguen siendo los problemas que no han sido atacados de fondo por nuestro gobierno federal. Y obviamente todo esto genera otros problemas como el de la inseguridad pública que también cada día crece más. En fin, la cuesta de enero es un lastre que tenemos que cargar año con año la mayoría de los mexicanos sin que nuestro gobierno haga algo por ayudarnos en verdad a mejorar nuestras condiciones de vida. O usted qué opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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