viernes, 28 de junio de 2013

ANESTESIA  Emocional
Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores
¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.
Hoy con el favor de su atención les traigo algo sobre el tema "LIMITES PARA LOS HIJOS".
A todos nosotros nos han puesto límites en cada área de nuestra vida; como en el trabajo, en la escuela y en especial, dentro de nuestra familia (y probablemente nosotros hemos puesto límites a otros). El éxito con el que "operamos" dentro de la sociedad se base en respetar y acatar dichos los límites, reglas y normas sociales que debemos observar para asegurar una convivencia armoniosa con los demás. Los hijos quienes han sido educados con límites firmes, bien definidos, justos y responsables se comportan de una manera muy distinta a los niños/jovenes quienes han crecidos sin ellos (o con límites excesivamente rígidos e intransigentes).
Al rebasar, ignorar o menospreciar algún tipo de límite que se nos ha impuesto siempre tendrá una consecuencia: positiva o negativa. La vida misma nos da la oportunidad de disfrutar de las consecuencias positivas de nuestros actos, como si estas fueran algún tipo de recompensa por que lo que hemos hecho correctamente; como también nos da la oportunidad de aprender de las consecuencias negativas, por muy dolorosas que estas "lecciones de vida" puedan ser al cruzar el umbral de los límites de la prudencia, seguridad y auto-respeto.
Cuando nosotros les ponemos límites a otras personas, incluyendo a los hijos; lo que de una manera les decimos es que esta será la forma en que estamos dispuestos a relacionarnos con ellos ante ciertas circunstancias y situaciones de vida. Al hacer esto, por inercia se genera el respeto del otro y hace que nuestra forma de ser sea más congruente en pensamientos, actos y emociones. Cuando sabes poner límites para ti mismo es porque tú también sabes respetar los límites de los demás, y eso, te hará ser una persona más respetuosa y congruente.
Un límite aplicado a los hijos es una "regla" impuesta por los padres que tiene la finalidad de ayudar al niño a alcanzar un objetivo, solucionar una situación, educarlo ante una situación desconocida, protegerlo y de mostrarle una mejor y más elevada forma de vida. Es importante que los adultos como los niños conozcan la diferencia entre un "límite" y un "limitante" ya que la diferencia es enorme.
Un limitante es "aquello" que le impide o incapacita mental o físicamente a una persona a hacer determinada acción de una manera específica. Ejemplos de limitantes son creencias, ideas, actitudes e incapacidades físicas no superadas, sin embargo, siempre se puede encontrar maneras para sobreponerse ante cualquier limitante que una persona pudiera enfrentarse.
Cuando los padres (las personas más importantes en la vida de cualquier niño), le dicen constantemente a su hijo que "no puede", "que no es capaz", "que es un tonto", "que su hermano(a) es mejor", etc., el niño lo llega a creer y vive de acuerdo a esas creencias, pudiendo tener una vida de inseguridad, de fracaso, de soledad, de angustia y de malas relaciones interpersonales, ya que tendrá una autoestima lastimada y se sentirá devaluado, triste e insatisfecho con sus resultados.
Las agresiones verbales y emocionales que reciben los hijos son más comunes cuando los hijos pasan por la etapa de la preadolescencia y adolescencia ya que es cuando son físicamente más torpes y descoordinados, cuando son más inestables emocionalmente, más susceptibles, vulnerables y confundidos acerca de los cambios en su cuerpo, su entorno familiar y social y su vida completa. En estas etapas es cuando más apoyo y reconocimiento necesitan los hijos y frecuentemente es cuando menos se les da. Y, es en esos momentos cuando muchos buscan captar la atención de sus padres, aunque sea de manera negativa, (ya que para ellos, esto es mejor que ser completamente ignorados o criticados), y es por eso que constantemente están desafiando los límites de su familia, de sus maestros y a veces, de la sociedad misma. Esto lleva a que el ciclo de: crítica - rebeldía - crítica - rebeldía - etc. no se rompa y la queja de los padres al tener "hijos inútiles" continúe, (cuando ellos fueron quienes generaron esta situación).
A los hijos se les enseña con palabras; pero sobre todo con el ejemplo.
En resumen, los niños que crecen asumiendo la responsabilidad de sus actos, con sus respectivas consecuencias emocionales, físicas y espirituales; son niños más libres, con un criterio más amplio, con la capacidad y confianza de expresar su opinión y sobre todo, con una autoestima más sólida y con valores socialmente más aceptables.
Dejemos que los niños/adolescentes disfruten sus vidas plenamente; en las buenas y en las malas. Es su vida, a ellos les pertenece y ni podemos ni debemos vivirla por ellos, ni ellos las nuestras. Dejémoslos en libertad de que decidan que hacer y que asuman las consecuencias; pero no las vivan por ellos.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, no permitas que la vida te pase sin que la vivas...
Agradezco el favor de tu atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com.   Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

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