Por Salvador Carreón Rodríguez "Jerry"
Que tal amigos lectores del Horizontes, reciban un efusivo saludo de su servidor; Salvador Carreón Rodríguez, mejor conocido en todos lados y en todas parte por "Jerry" ahora que la vida, el trabajo y la tranquilidad me han dado el tiempo, he querido colaborar con este gran semanario, compartiendo con ustedes ambles lectores, lo que atreves de la vida, la misma vida me enseño. Por lo cual quiero agradecerles por anticipado su fina atención.
Hemos escuchado en más de alguna ocasión, que la vida sigue, o que tiene que seguir, sobre todo después de un hecho o suceso, tremendamente impactante, como lo es una catástrofe natural, - Terremoto, Huracán, Tsunami,- una enfermedad, un fallecimiento, o un accidente y es cierto, la vida tiene que seguir. Pero desgraciadamente la vida para los que de alguna manera estuvieron involucrados en esos hechos o sucesos, la vida sigue, pero no igual. Y hay hechos que impactan en nuestra familia, que afectan a nuestra vida, pero que también afectan a nuestra sociedad de una manera u otra.
Por ejemplo, leía precisamente en el Horizontes, sobre la muerte de una manera violenta de un joven de 15 años, en las pasadas fiestas de San Miguel. Para los familiares del fallecido, la vida siguió, pero ya no igual, ese vacío que dejo nada ni nadie lo puede llenar, convirtiendo el recuerdo en dolor, tristeza, frustración e impotencia, por no poder cambiar los hechos y hacer que siga vivo al menos físicamente.
Para la persona que causo este hecho, su vida siguió, pero para nada siguió igual, hoy tiene que estar lejos de su hogar, viviendo con la zozobra de ser detenido en cualquier momento, y viviendo con el recuerdo de haber truncado una vida. Para los padres, amigos y conocidos de este joven la vida sigue y seguirá, pero pagando poco a poco con el dolor se saber que su hijo, amigo o conocido anda lejos y que puede ser captura en cualquier momento, y de darse, el dolor se puede convertir en sufrimiento al saber, que esta privado de su libertad, y este sufrimiento puede aumentar al saber que la vida en presidio puede llegar a ser más doloroso que la misma muerte.
La vida de la sociedad sigue, y al parecer sigue igual, pero aun la vida de nuestra sociedad, o de nuestra comunidad no sigue igual. Muchos no lo notaran, pero muchos otros si, al ponerse a reflexionar; que nos está pasando, porque cada vez son más seguido los hechos violentos, que está pasando en el interior de nuestras familias, que la violencia cada vez es mayor y más frecuente, en que estamos fallado, que nos está haciendo falta o que está sobrando que no hemos podido quitar.
Muchos dirán: esto sucede en todas partes, esto es normal, pero no, esto no debería de pasar, esto no es normal, lo normal es que esto no suceda.
Por todo esto amigo lector te invito a reflexionar: Si la vida de la sociedad, es el reflejo de la vida de nuestras familias, entonces quiere decir, que si en nuestra sociedad hay injusticia, en nuestras familias también, si en nuestra sociedad hay violencia, en nuestras familias también, si en nuestra sociedad ya no hay respeto por la vida, en nuestras familias también, si a nuestra sociedad le falta paz, quiere decir que a nuestras familias también.
Y para terminar, solo me queda decir, que son muchos y muy complejos los factores que intervienen en el comportamiento de nuestra sociedad, como son muchos los factores que intervienen en el comportamiento de nuestras familias, factores económicos, de oportunidades de trabajo, factores que afectan el acceso a la salud, a la educación y formación, factores de cultura, de política, de religión. etc.
Algunos de estos factores están de forma particular en nuestras manos el poderlos cambiar, como la educación y formación que reciben los miembros de nuestras familias en el interior de ellas, otros no, dependen de nosotros, sino que también dependen de otras instancias e instituciones, y en la medida en que esas instancias e instituciones estén en manos de personas comprometidas con la familia y al sociedad para lograr un mejor mundo donde vivir y dejar vivir, en esa medida nuestras familias y nuestra sociedad, serán para lo que fueron creadas, un verdadero lugar y espacio donde poder vivir. Hasta la próxima.
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