viernes, 20 de junio de 2014

Aprobación de leyes energéticas : Legitimaciòn de un despojo
Aprobación de las Leyes Energéticas: La legitimación de un despojo al pueblo de México.
En un proceso legislativo cuestionado por una parte de la oposición, los senadores de PRI y PAN han comenzado la aprobación de las leyes secundarias en materia energética enviadas por el Ejecutivo al Congreso. En este primer paquete de normas, de acuerdo con críticos y especialistas, se estaría avanzando en el desmembramiento de la CFE, el despojo de terrenos y bienes en favor de las corporaciones extranjeras, y la privatización del agua para beneficiar a las empresas de geotermia, entre otros aspectos. El pueblo de México debe saber que esta caterva de diputados y senadores del PRI-AN, aprobaron además la autorización de embargar el salario de los trabajadores deudores de tarjetas y préstamos del banco, es decir, ahora podrán los voraces agiotistas de los bancos, "cobrarse a lo chino" con el salario de los trabajadores mismo que por cierto es depositado a los trabajadores en una tarjeta. El pueblo de México debe conocer a los diputados que tienen nombre y apellido, como los que aquí presentamos en Horizontes, que han avalado así esta serie de puñaladas en contra de los electores que votaron por ellos y que con tal moneda pagan a la gente que confió en ellos. Muy seguido vienen a darse "baños de pueblo" y a tratar de justificar sus traiciones, pero ahora, tal y como ellos mismos lo manifestaron en sus tomas de protesta : "Cumplir y hacer cumplir las leyes  que la Constitución establece o que el pueblo me lo demande". Ah, pues es el pueblo el que ahora los demanda. Chava Barajas -el diputado del sombrerito- que dicen no se lo quita ni para ir a cagar, asi como Roberto Mendoza que publicita su imagen hasta en las licuadoras, como el propio Alberto Esquer deben explicar a sus lectores que votaron por ellos y que confiaron en ellos el por qué de su voto traidor a los intereses del pueblo de México.
Y es que es tan grave la privatización de recursos energéticos que el Gobierno de Enrique Peña Nieto está llevando a cabo, que es sin duda, una de las grandes subastas de bienes comunes y recursos nacionales de que se tenga memoria en el mundo. No es sólo una gran subasta; es una gran venta de remate de bienes nacionales.
Los pequeños cambios constitucionales a los artículos 27 y 28 aprobados por el Congreso de la Unión en diciembre de 2013, se están traduciendo en un enorme paquete legislativo que incluye la aprobación de nuevas leyes y modificación de varias más. En conjunto, la llamadas leyes secundarias en materia energética, implican la creación y cambios en 21 leyes.
No es sólo cantidad de cambios legales, sino la calidad de los mismos. El espíritu legislativo que impera en estas leyes es el del capitalismo más rapaz. Están hechas con el propósito de imponer la acumulación de ganancias a costa de lo que sea.
Las actividades de explotación de hidrocarburos, energía geotérmica y producción de electricidad se consideran "de utilidad pública" y tendrán prioridad por sobre cualquier otra actividad que se lleve a cabo en los territorios donde haya recursos energéticos.
Es una decisión de suma gravedad que están tomando el Gobierno de Peña Nieto y los legisladores mexicanos, pues implica poner en riesgo la vida y la historia de pueblos y comunidades. Pueblos que secularmente han realizado actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas, artesanales o de comercio en pequeño para reproducir su vida, ahora estarán obligadas a vender sus tierras para que empresas privadas (una buena parte extranjeras) se quede con los territorios en los que han vivido ellos y sus antepasados.

Esos pueblos y comunidades ya no tendrán prioridad sobre el territorio en el que han vivido. Para el efecto, se les amenaza con las expropiaciones en caso de que no quieran vender. Y para ello deben ponerse de acuerdo con el inversionista privado que quiere sus tierras. A cambio pueden emplearse en las nuevas empresas que explotarán los recursos energéticos del país y eventualmente, asociarse con los capitalistas. Es la legalización del más burdo despojo.
Pero estas leyes no parten de cero. Ya el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari modifico cientos de leyes a fin de armonizar la legislación mexicana con la de Estados Unidos, como condición para firmar el acuerdo de libre comercio. De esa tanda legislativa salió la Ley Minera que es pionera o el ejemplo a seguir en las leyes despojadoras y privatizadoras que ahora se discuten bajo el nombre de reforma energética. Por la misma experiencia de la legislación y explotación minera en el país, se sabe que estos proyectos de inversión capitalista son extremadamente peligrosos para las comunidades. Pero también encuentran resistencias.
Si ya ha pasado con la experiencia de la privatización y explotación minera, no hay razón para que ahora no ocurra. Con el despojo energético, vendrá también otro ciclo de resistencias y luchas sociales para oponerse a esta agresión en contra de la reproducción de la vida de miles de pueblos y comunidades. Los comentarios de las redes sociales dan cuenta de la alta traición en que han caído nuestros diputados, senadores priístas y panistas:
Sobre hidrocarburos y Santa Anna
Los senadores del PRIAN han aprobado, en pocos minutos, la nueva ley Antonio López de Santa Anna, sobre hidrocarburos y electricidad. Parecen más santanistas que su Alteza serenísima, por su entreguismo a intereses privados, internacionales y nacionales de la oligarquía. Las consecuencias, de tal engendro monstruoso, serían: Exxon, Halliburton, Repsol. Todas ellas declaran que todo México es un inmenso depósito de hidrocarburos. En 10 días, nuestros legisladores autorizarían que se expropie todo el territorio nacional, según esa ley, y adiós México.
Iberdrola, General Electric, declaran que, nuclearizarán ampliando a Laguna Verde al estado de Veracruz. Los senadores del PRIAN, con la ley mencionada, expropiarán a Veracruz en provecho de esas trasnacionales.
Lozoya afirma que con esa ley se crearán millones de empleos. Yo le pregunto al del ITAM: ¿cuántos millones exactamente? Y si no, como los pronósticos de crecimiento de Hacienda, ¿qué? Conviene recordar a don Porfirio: pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los neosantanistas.
Rubén Mares Gallardo

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