domingo, 27 de diciembre de 2015

LA MANO DEL METATE
Por Hugo Rodríguez Vázquez

Bola de pillos los que nos gobiernan
Los gobiernos priístas que gobernaron en los pasados tres años, en muchos de los municipios del estado, incluido el de Sayula, dejaron auténticos lastres de burda corrupción en la mayoría de los casos. Luego comentamos el caso de Sayula, pero déjeme ejemplificar tan sólo con uno de los pillos del PRI que, como en el caso de Tonalá, (des) gobernado por  Jorge Arana, conocido vividor priísta de la política, al que le hacen fiesta algunos medios cuando le ha tocado venir a Sayula, dejó tras de sí una gigantesca estela de corrupción a su paso por Tonalá, sin el menor respeto por la gente que le había dado en su momento su confianza y apoyo para gobernar.  Si aqui todos se asustan por considerar nepotismo los puestos a algunos familiares del alcalde, Arana tenía a alrededor de 50 familiares directos en la nómina del ayuntamiento tonalteca, así de cínico y burdo el nepotismo de Arana como valiéndole madre las leyes y de pilón lo que diga y critique la ciudadanía. Jorge Arana, dos meses antes de dejar el puesto pretendió basificar a gran parte de los aviadores impuestos por él, acción burda que realizan la mayoría de los alcaldes priístas salientes y más aún cuando perdieron las elecciones y entrará a gobernar un partido diferente. Recordando el periodo del “pepino” en Sayula, en sesiones furtivas y amañadas pocas horas antes de dejar el poder, se autorizaron varios giros negros, algunos de los cuales por fortuna, los pudieron anular (no todos), pero la mochada por la autorización de los mismos, sí que se la llevó el susodicho.
En el caso de los puestos o plazas en los ayuntamientos, la mayoría de aviadores, que son autorizados a parientes y amigos de los alcaldes o funcionarios de alto nivel, al final se convierten en lastres gigantescos para las finanzas públicas porque luego hay que enfrentar los juicios respectivos por demandas de los afectados, que en la realidad es un auténtico atraco no al ayuntamiento, sino al pueblo porque la mayoría de los que demandan vía laboral, lo hacen sólo para sacar “raja” de su despido no obstante que, y ellos lo saben, fueron contratados sólo por el periodo en cuestión. En Sayula, son más que conocido los muchos vivales que han demandado al ayuntamiento (al dinero del pueblo para ser más claros) y obtenido beneficios millonarios, si somos claros, de manera deshonesta, aunque se molesten los que se sientan aludidos. Y tenemos derecho a comentarlo de tal forma, porque los dineros que les pagan por indemnizaciones laborales salen del dinero no del presidente municipal ni de los síndicos, sino del dinero de los ciudadanos. Otra cosa a comentar es la responsabilidad de que los que contrataron a personal o en su caso los despidieron sin guardar los preceptos establecidos de las leyes laborales, se les finquen responsabilidad por tales hechos y que no sea el pueblo el que pague los platos rotos cuando se llegue el momento de pagar las cuantiosas indemnizaciones.
Muchas de las demandas de trabajadores, se fundamentan en que fueron mal contratados y también mal despedidos, lo que obliga a que al realizarse los correspondientes juicios laborales, los trabajadores demandantes ganen casi todos los juicios, porque en muchos casos los síndicos ni siquiera le dan seguimiento a los mencionados juicios, peor aún, según evidencias, ni siquiera se presentan a las audiencias lo que facilita que los trabajadores ganen fácilmente los juicios, demandas muchas veces deshonestas pero que las ganan porque las autoridades municipales ni caso hacen, como no pagan de sus bolsillos las indemnizaciones les vale.
Se conocen casos en que trabajadores fueron despedidos por casos de deshonestidad debidamente comprobados, pero los síndicos y oficiales mayores, no realizan bien su trabajo y los despiden así sin más, sin fincarles responsabilidades mayores que pueden ser hasta de tipo penal, pero como son despedidos con marcadas irregularidades o con demostrada ineptitud, de pilón el trabajador ladrón no sólo queda impune su delito sino que hasta gana la indemnización. Y como este, se conocen varios casos que han sucedido en los últimos años en el ayuntamiento.

Prohibición de venta de pirotecnia, una vacilada
La supuesta prohibición emitida por las autoridades municipales vía Protección Civil, de venta de pirotecnia, fue más que una vacilada o broma de mal gusto o quizá tan sólo para presumir que trabajan, porque los chiquillos se dan gusto día y noche tronando cuetes por todos lados sin que nadie les impida tal hecho, en ocasiones se escuchan hasta cohetones que por su estruendo deben ser de gran tamaño, sin tomar en cuenta lo peligroso que resultan cuando se detonan este tipo de explosivos. Muy seguramente en cualquier tienda o changarro, se expenden este tipo de artefactos y “cohetitos” a los chiquillos y las autoridades nada hacen por impedirlo. Nomás, ojo, si sucede algún accidente serio a un chiquillo, que no se diga que no se advirtió el hecho.

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