domingo, 27 de diciembre de 2015

Lecciones divertidas de malas palabras, 
parte II

             Por Federico González Alfaro
   
Seguramente, a más de algún beato persignado no le van a ser agradables tantas malas palabras, no me importa, sigamos con nuestro florido y basto lenguaje.
Como ya vimos, los insultos en castellano se agrupan por familias. Ya vimos la primer familia de insultos, sigamos con otros "honores", "linajes" o "rangos de especial importancia".
Que les parece si seguimos con los insultos a la hora de caracterizar a un individuo. El anteponer "títulos" a la hora de insultar, es bastante divertido e ingenioso en español. Ciertas palabras, si las entendemos, resultan muy útiles a la hora de regresar una afrenta o de poner a alguien en su lugar.
Así que estos artículos, de mucho nos ayudaran para poder clasificar o responder correctamente a ciertos "ilustres personajes" no del todo queridos.
A manera de ejemplo, voy a utilizar, a unos personajes no muy populares de Sayula, para hacer uso de los insultos en castellano.
      Desde tiempos de Apolonio Aguilar, tenemos en el pueblo, muchos traperos, borrachos  y presumidos que nadie, ni ellos mismos, pueden comprobar la veracidad de sus hazañas. Todos unos sayulones y sus  lameculos (aduladores o serviles que todo les festejan).
    Desde hace tiempo, estos individuos padecen de un hambre voraz y canina, solo hablan de sus vicios, de sus tranzas y de sus "conquistas", cuando son unos verdaderos  cretinos (tontos con falta de talento). Estos mamelucos (necios) y mentecatos (aparte de necios, imprudentes), van a la iglesia de rodillas. Pero andan mal en el oficio de meapilas (beatos), porque todos sabemos que son unos pedorros (molestos, irritantes).
    Llegando el fin de semana, fuga. En su casa, ni por asomo y disgustos mil. Si ponemos atención a pláticas sonsas, (incultas, simples, insípidas) demuestran lo tarugo (ignorante de poco entendimiento) que son.  Son tan zopencos (extremadamente torpes) como sus nada cultas conversaciones.
    Con tanto babosos (adulador, exageradamente obsequioso) que buscan la gracia de estos  zutanos (jotos o putos que se meten con cualquiera), haciéndoles cree a nuestros sayulones, que son de la nobleza, cuando son simplemente unos  fantoches (ridículos), se pasean por las calles del pueblo con su paso de pazguato (tonto de poca rapidez mental).
      Son una verdadera calamidad (de muy mala suerte tenerlos cerca).
Entre sus múltiples hazañas, se la dan de don Juanes. Pobres pendejos (no se necesita traducción).  Un hombre, es el que tiene a una sola mujer y le es fiel, un mengano como ellos (joto o puto que se mete con cualquiera, pero de gratis), cree que la mujer es un objeto.
    Pero que podemos esperar de estos arrastracueros (excesivamente estúpidos que aparentan más de lo que son).
    Algunos, los más nefastos, son unos verdaderos donnadie (insignificantes de poco valor) fantoches y presumidos. Unos traperos de profesión, mantenidos por una esposa culta y preparada que saca adelante a su familia. Si de ellos dependiera el sustento, sus transas y trabajitos ni para comer les darían.
   Tienen la fortuna de tener una esposa paciente ya que  ellos, son unos lerdos (torpes, burros) no llegaron a terminar ni la mitad de los estudios de su preparada esposa.
   Otros, no tuvieron la misma suerte, también llegaron a tener una esposa valiosa, pero les quedo muy grande la yegua y… los regresaron con su mami por gandules (holgazanes, vagos), hoy se les ve a estos tarados (que tiene un serio defecto intelectual) dándosela de galanes con jovencitas, pobres sonsos (insípidos, mentecatos, simples bobos).
  Otros, lamecharcos (que se roban el esfuerzo de otra persona), viven de mantenidos  y creen que la vida es rosa. ¡¡¡¡Ahhhh que vida!!!!! ¿Madurar, no que güeva? En México se les conoce como gorrones, en España, el significado es diferente, un gorrón es el que busca sexo de gratis. Pero viéndolos bien, les aplican ambas definiciones a estos angelitos.
  Existen los que se creen los líderes del resto de personajes ilustres, los longanizas (con gran afán de protagonismo pero de escasa cultura), que piensan que el dinero que aparentan les da personalidad.  Deben hasta los calzones, o  el dinero que presumen no les pertenece. Creen que los bienes les dan la personalidad y la cultura que carecen. Al igual que los traperos, su intelecto no les da para mucho, su escasa cultura sale a la luz a la hora de rebuznar.  Al parecer, lo tarado les viene de familia.
   Por último está el pelele de mámi (que se deja manejar)  y que a sus cincuenta o más primaveras, aún no le dan permiso de contraer matrimonio. Buen niño, muy delicadito hasta en el vestir.
   Lindo y florido es nuestro lenguaje, más lindo es saberlo utilizar. A este  grupo de notables sayulones, fuera de su reino, pronto los ubican en su verdadero nivel. Por eso, es muy importante estudiar y prepararse, no les vayan a ver lo pendejo tan pronto como se empiecen a expresar como a nuestros sayulones.


 
 


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