miércoles, 20 de febrero de 2019

 KUMAMOTO SUCUMBE ANTE EL SISTEMA  PARTIDISTA QUE DECIA COMBATIR
Por Arturo Fernández Ramírez
Aunque no debería extrañarnos, pero sí ha causado extrañeza que la figura emblemática de las candidaturas independientes en Jalisco, Pedro Kumamoto, de buenas a primeras, haya echado a la basura todo su discurso en torno a los partidos políticos y ahora para recuperarse de la derrota sufrida en el proceso electoral del año pasado 2018, recurra a la más rancia estrategia que siempre criticó, de formar su propio partido político para así acceder al poder público.
Y digo que no debería extrañarnos, porque al final de cuentas, como en reiteradas ocasiones lo he sostenido, la corrupción e ineptitud para gobernar no es de un logotipo que representa en el papel a un partido político, sino de quienes ostentan la representación de ese instituto político.
Es decir, si la ciudadanía está harta de la corrupción, de la impunidad, del saqueo y de todos los vicios que se viven en las dependencias públicas, debe quedar claro que todo esto lo provoca el mismo ser humano cobijado en unas siglas, pero no es el logotipo de un partido el que por sí mismo actúa bien o mal para gobernar. No son los partidos, son las personas.
Tan es así, que cuando la población se hartó del otrora partido oficial, creyó que votando por un instituto político diferente, se solucionarían las cosas, lo cual no fue así, al contrario, en algunas situaciones resultó peor.
En esta tesitura, la ciudadanía, equivocadamente asoció sus males con los partidos y no con las personas, de ahí que el discurso de los candidatos independientes fue renovando la esperanza de los mexicanos, haciendo creer que la causa de la corrupción y deshonestidad eran los partidos, por lo que ellos, al no pertenecer a ningún partido, se convertían en los salvadores, lo que definitivamente no es así, porque, insisto, el problema no son los logotipos sino las personas mismas en las que encarnan los partidos.
Por eso, más allá de logotipos políticos, lo que debe importar es la persona misma, analizar en forma consciente su trayectoria para no equivocarnos.
Y precisamente la decisión de Kumamoto no hace otra cosa más que confirmar lo anterior. Aquí lo único que habrá que analizar es el sentir de la ciudadanía, qué opinión tendrá ahora de los independientes, por fin se dará cuenta que los partidos como tales no son la causa de la corrupción, sino que son las personas mismas.
La salvación de México, si es que se le puede llamar así, no vendrá de un mesías, sino de la población misma en la medida en que esta madure políticamente, en la medida en que logre razonar concienzudamente su voto al momento de elegir a sus gobernantes, para que después no se esté lamentando y quejando.
En fin, hoy la figura emblemática de los candidatos independientes en Jalisco, que en 2015 fue noticia nacional por haber ganado una diputación local derrotando a todos los partidos políticos, pero que en 2018 fue derrotado por los partidos políticos, se rinde y prefiere formar parte de ese sistema político que criticó duramente. Un sistema que muchos creíamos estaba en su fase final, pero ahora Kumamoto nos hace dudar si efectivamente los partidos están en su fase final o por el contrario, están más fortalecidos que nunca. Usted qué opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com  https://semanariohorizontes.com

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