martes, 5 de febrero de 2019

        Política y procesos globalizados de producción.
Por Rodrigo Sànchez Sosa
Ante los procesos de reacomodo geopolítico en el nuevo orden multipolar internacional (China, Rusia y EEUU): la actual crisis en Venezuela, la violencia política en Nicaragua, el saqueo de recursos y el narcotráfico en México, y las migraciones masivas desde Centro América; vale la pena encontrar un enfoque marxista de los hechos, dejar de poner el acento en lo simbólico de los conflictos y reducirlo todo a figuras políticas como Trump, Putin o Jinping. El juego no es simbólico, ni los estados nación tienen el poder que tenían antes, luego del poder que se le entregó a los organismos internacionales financieros privados, para regir la economía, en esta ecuación no se puede dejar de lado, como es el caso, a este actor clave de las políticas mundiales El gran Capital Trasnacional y sus tentáculos. Al final el conflicto capital vs trabajo, no ha sido zanjado y lo sabemos bien: 
"Hoy tal y como ha sucedido en toda la historia anterior del capitalismo, los resultados del conocimiento humano se ven subordinados a los intereses del capital. Las transnacionales explotan en su propio beneficio las posibilidades que ofrecen las modernas fuerzas productivas, disfrutan del monopolio sobre: las nuevas tecnologías, los flujos financieros, parte importante de los recursos naturales del planeta, los medios modernos de transporte y comunicación, los medios de comunicación masiva, la fuerza de trabajo altamente calificada, la posición hegemónica de sus respectivos gobiernos en las instituciones internacionales como son el FMI, BM, OMC, el Consejo de Seguridad de las NU, así como del monopolio sobre las armas de destrucción masiva. Todo ello unido a los cambios que se han operado en la geopolítica mundial, particularmente el derrumbe del socialismo centro-europeo condicionan modificaciones en la estrategia de adaptación del capital y en las características de la expansión en las nuevas condiciones. Elemento importante en la estrategia de las trasnacionales corresponde a la división del trabajo entre las Casas Matrices, las filiales y sucursales que la integran , ello le permite elevar la eficiencia de las inversiones al poder combinar de manera optima todos los momentos de la producción a escala global. Acerca de la división social del trabajo es valido recordar las reflexiones de C. Marx:
…"Si nos fijamos en el trabajo mismo podemos considerar la división de la producción social en sus grandes sectores, la agricultura, la industria, etc como división del trabajo en general la clasificación de estos sectores de producción en categorías y subcategorías como división del trabajo en particular y la división del trabajo establecida dentro de un taller como división en el caso concreto" .Y continuaba señalando que ..."a pesar de las grandes analogías y de la concatenación existente entre la división del trabajo dentro de la sociedad y la división del trabajo dentro de un taller, media entre ambas una diferencia no solo de grado sino de esencia"
La división del trabajo que tiene lugar al interior de las trasnacionales entre Casas Matrices y filiales responde por su contenido socio económico a la división del trabajo de tipo concreto, ella no transcurre de manera espontánea, es resultado de una política conscientemente formulada y orientada hacia un objetivo predeterminado, realizada por una entidad económica única. La especialización productiva constituye la base de la división del trabajo al interior de las trasnacionales. La especialización asume diversas modalidades en correspondencia con las particularidades de las producciones, las formas más comunes que adopta son las siguientes : especialización por estadios o fases. Una segunda modalidad es la especialización según artículos. Una tercera modalidad es la especialización por piezas (o por operaciones). Esta peculiar manera de organización de la producción y los servicios asociados a las mismas presupone la cooperación entre Casas Matrices y filiales y condiciona un intercambio regular de productos y servicios entre ellas, pero salvo excepciones lo que se intercambian no constituyen mercancías, lo que se convierte en mercancías es el producto final de todas ellas. Al intercambio que se da entre las Casas Matrices y sus filiales es ilegitimo identificarlo como transacciones mercantiles. Estas últimas presuponen una división social del trabajo que enfrenta a productores independientes y se basa en el fraccionamiento de la propiedad sobre los medios de producción.; propietarios independientes, que intercambian entre sí los resultados de su trabajo las mercancías con arreglo a las leyes de la concurrencia.
La división internacional del trabajo al interior de las trasnacionales no enfrenta a productores independientes, sino a obreros y procesos parciales de producción, se basa en la concentración de los medios de producción que le pertenecen en propiedad , ella se sustenta en la autoridad que tienen los capitalistas sobre hombres y procesos que son otros tantos miembros de un mecanismo global de su propiedad. La división , organización del trabajo y el intercambio de actividad al interior de las trasnacionales , está sujeto a la " ley férrea de la proporcionalidad", el intercambio se realiza no según las leyes del mercado, responde a un plan trazado de ante mano, el cual prevé tanto la cantidad como los surtidos, quien ha de ser el "comprador" y los precios a que serán "vendidas". De lo dicho se infiere que el mecanismo de mercado no constituye el regulador de las relaciones entre Casas Matrices y filiales. Dentro de las trasnacionales el plan sustituyó a la espontaneidad y la dirección centralizada de los eslabones que la integran cerró las puertas a la anarquía.Todo lo anterior confirma la tesis leninista de que:
 …"el desarrollo del capitalismo ha llegado a un punto tal que aunque la producción mercantil sigue reinando como antes y es considerada la base de toda economía, en realidad se halla ya quebrantada…La producción pasa a ser social, pero la apropiación sigue siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un reducido número de individuos. Se conserva el marco general de la libre competencia formalmente reconocida, y el yugo de unos cuantos monopolistas sobre el resto de la población se hace cien veces más duro, más insoportable."
Al organizar todo el proceso desde una perspectiva genuinamente global, el estado-nación tal como lo hemos conocido a lo largo de muchos años, entra en contradicción con los intereses de las trasnacionales y el capital extranjero. La negación del estado-nación por parte de la práctica neoliberal es relativa; de hecho la existencia de los mismos sigue siendo funcional al capital transnacional en la misma medida en que su existencia mantiene vivas las diferencias nacionales de salarios, de los sistemas de seguridad social, de las tasas de interés, de los tipos de cambio, de las legislaciones laborales y medio ambientales por solo citar algunos momentos. Estas diferencias son las que hacen posible que los capitales exportados tengan mayor rentabilidad fuera de las fronteras nacionales que dentro de sus propios países.
 Los métodos tanto directos como indirectos de intervención del estado en los procesos económicos en los países capitalistas altamente industrializados siguen estando presente, los abultados presupuestos en gastos militares de un país como EEUU constituyen una práctica de subsidio encubierto a las empresas privadas, el financiamiento de las investigaciones científico-técnica por parte del estado, la política migratoria de dichos gobiernos que favorecen la entrada al país de personal con las calificaciones que les son deficitarias, los gastos proteccionistas multimillonarios de las grandes potencias ; a lo que se pueden añadir las acciones estatales en los organismos multilaterales encaminadas a salvaguardar los intereses de las grandes empresas tales son los casos de las denunciadas negociaciones del AMI, la introducción de los Derechos de la Propiedad Intelectual en las negociaciones de la OMC, loa acuerdos tipo ALCA , el uso de las armas como en el caso de Irak por parte de los EEUU para apropiarse del petróleo y asegurar petróleo barato al principal consumidor del crudo a escala mundial.
El uso que las grandes potencias hacen de instituciones como el FMI y el BM son solo algunos de los momentos que expresan que el Estado sigue siendo un instrumento insustituible a favor del capital. El Estado aún hoy sigue facilitando con su intervención el crecimiento, la modernización y la supervivencia del gran capital monopolista transnacional mediante la transferencia de recursos de unos sectores a otros y de unos países a otros. Las privatizaciones que han tenido lugar tanto en las economías desarrolladas como subdesarrolladas promovidas con el argumento de que el Estado por naturaleza es ineficiente, no constituyen la negación del intervensionismo del estado; la propiedad estatal capitalista es forma del capitalismo monopolista de estado más no la única. Entre las causas que explican el repunte privatizador se pueden señalar las crisis, la expansión del capital privado hacia los llamados monopolios naturales (principalmente en la esfera de los servicios y de infraestructura) es una vía para compensar la caída de la tasa y masa de ganancia que tiene lugar durante las mismas. Otro elemento lo tenemos en el desarrollo científico-técnico contemporáneo, que ha posibilitado que actividades que antes la empresa privada había dejado al sector estatal por ser poco rentables y tener largos periodos de recuperación ahora se han convertido en sectores altamente lucrativos. Las privatizaciones promovidas por el FMI en las economías subdesarrolladas al tiempo que facilitan la expansión del capital transnacional hacia dichas economías contribuyen a debilitar su capacidad negociadora y protección. El proceso privatizador extranjerizante que ha tenido lugar en las mismas ha abierto las puertas de sectores antes vedados al capital foráneo como los servicios de agua y alcantarillado, gas manufacturado, servicio eléctrico, telefonía, transporte público, telecomunicaciones y otros. La apertura comercial ha sido justificada con la afirmación de que la misma favorece el acceso a productos de mayor calidad a más bajo costo y por tanto contribuye a la elevación del bienestar general. Se condena el proteccionismo del tercer mundo con el argumento de que las industrias nacionales protegidas se caracterizan por su alto grado de ineficiencia, corrupción, elevados precios para los consumidores domésticos y poca capacidad competitiva en los mercados externos. Si bien es cierto que una política proteccionista a ultranza puede generar serios problemas de ineficiencia en las industrias protegidas también lo es que una liberalización festinada puede significar la desaparición no ya de empresas sino de ramas completas de la economía nacional. Al crear condiciones iguales para desiguales, la desregulación comercial ha provocado en las economías subdesarrolladas verdaderos procesos de desindustrialización, desaparición de cientos de pequeñas y medianas empresas y ha impulsado los procesos de centralización a favor de las grandes empresas foráneas. En tanto conviene al capital transnacional por cuanto le libera de tener que enfrentar los costos que implican los pagos arancelarios, las restricciones cuantitativas y otras barreras cuya aplicación reduce o anula las ventajas asociadas a la organización transnacionalizada de la producción." Hernández Pérez, Verena. Enfoque Marxista de la Globalización (Cuba).

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