Semanario Horizontes

     Las multas por los portaplacas en los vehículos

Por Arturo Feernández Ramírez

Aunque ya se suspendieron por instrucciones del gobernador, se debe reconocer que fueron motivo de corrupción de parte los agentes viales. Siendo esto lo que realmente causó polémica y descontento en la población al sentirse acosada por estos funcionarios. La intención de lograr que todas las placas vehiculares estuvieran visibles pudo haber sido buena por ir encaminada a combatir a la delincuencia. Pero el hecho de que se hubiera desviado ese propósito y en su lugar, convertirlo en una "mina de oro", fue lo que acabó con ese proyecto. Reconociendo que no podemos cantar victoria, habida cuenta que hay voces que aseguran que una vez pasando las elecciones extraordinarias de Tlaquepaque, se reanudarán las multas. Veremos qué pasa en realidad.

La corrupción sigue siendo el principal cáncer de nuestra sociedad y en los operativos contra las placas no visibles de los vehículos, fue lo que generó polémica y descontento. Y no era para menos, porque los agentes viales vieron la "oportunidad" de detener a todo automotor con ese pretexto pidiéndoles dinero para no quitarles su unidad. Y es que, además, las redes sociales, como suele suceder, contribuyeron con la desinformación asegurando que procedía el retiro de los carros. Lo que también fue aprovechado por los oficiales de tránsito para obtener mayores "ganancias" en su extorsión.

    El gran descontento popular orilló al gobernador de Jalisco a suspender esos operativos. Incluso hasta se publicó un decreto para condonar parcialmente las multas ya impuestas. Fue demasiada la presión social y ante la proximidad de las elecciones extraordinarias de Tlaquepaque donde el partido en el poder pretende retener el municipio, se tomó esa decisión. Por eso hay quienes aseguran que una vez pasando dicho proceso electoral, podrían retomarse esas acciones.

    Debemos reconocer que el hecho de exigir que las placas sean visibles es algo no solo legal, también necesario para combatir a la delincuencia. El problema es la corrupción que permea a los agentes de tránsito, quienes desvirtúan una buena intención de gobierno para convertirla en una oportunidad de extorsionar a los conductores. Los intimidan con quitarles sus unidades vehiculares y con eso les quitan su dinero.

    Y es que en las redes sociales se distorsionó la información, asegurando que se sancionaba con altas multas y retiro de las unidades. Lo cual no era del todo cierto, ya que tenía que analizarse cada caso en lo particular y primeramente llevar a cabo una labor de concientización.

    En fin, la corrupción de los funcionarios nuevamente hizo que se viniera abajo, al menos por el momento, una acción cuya esencia era combatir la inseguridad.