Semanario Horizontes

                                    NI SALOMÓN

Por José Zepeda

En estos momentos la presidencia de la república enfrenta un problema paradójico, porque puede derivar en llevar por un rumbo diferente al país.

Uno es la reforma energética que los opositores argumentan y dicen que con élla no se ayuda al medio ambiente, porque habría una contaminación superior y México retrocedería en el ámbito tecnológico, el gobierno dice que tiene otros datos y demuestra que la generación por combustibles orgánicos es únicamente el 6% de la generación nacional y existen proyectos de fuente solar como el de Puerto Peñasco en Sonora (Dicho por Alfonso Durazo, Gobernador). Existe por otro lado, el loobysmo por parte de las empresas transnacionales como Naturgy, Total Energies, Repsol luz y Gas e Iberdrola sin contar algunas norteamericanas, que confabulados con los medios opositores intentan confundir a las personas para seguir obteniendo los recursos como hasta ahora lo han hecho.

Basta ver la historia de México para darnos cuenta; en 1938, cuando la expropiación petrolera se realizó, la electrificación del país estaba por 33%, esto es: de 18.3 millones de habitantes sólo tenían acceso 7 millones de estos; la generación era de empresas particulares. Para 1960 cuando el Licenciado Adolfo López Mateos nacionalizó esta industria ya eran de cada 100 personas, 45 que gozaban de este privilegio. Fue gracias a esta trascendente decisión que nuestro suelo patrio inició una carrera vertiginosa hacia la industrialización, iniciaron las fundidoras, las fábricas de autos, la maquinaria pesada, mejoró la vida de los obreros, en resumen: la industria se modernizó; se desarrolló la educación superior y el beneficio alcanzó las poblaciones más pequeñas. Todavía tenemos ese beneficio, podemos lavar ropa en un aparato, escuchar música, aferrarnos al celular para mirar las aplicaciones y juegos y los más importante: dejamos de ser menesterosos eléctricos.

No puede decir eso España actualmente, donde a causa de las tarifas elevadas y variantes en función del horario por consumo viven las de Caín, muchos gachupines cayeron a la pobreza eléctrica, tienen que comprar velas para iluminarse y estudiar cuando el sol se oculta, buscar lugares públicos o mendingar accesos a internet por falta de luz en su casa, otros tienen que pasar frío por no gastar en la calefacción y poder tener algo de dinero para comida. La causa es que vendieron a privados su compañía eléctrica nacional.

Las empresas no tienen piedad, van por la máxima utilidad y la menor inversión sus precios varían como se muestra en la tabla.

Debido a este manejo cambiante de los precios, las personas se levantan a lavar su ropa a las 3 de la mañana, porque hacerlo en el día les cuesta hasta tres o cuatro veces más cara; para imaginarnos más claro el fenómeno, si usted se prepara un licuado de plátano a las 7 AM, le cuesta como 5.4 pesos mexicanos; pero si lo hace a las 8 AM ya le cuesta 6.50.

Acá en México, las empresas generadoras quieren llevarnos a ese esquema y por eso la oposición a una reforma energética.

Esto último ha traído consigo que el gobierno y la CFE hayan puesto más atención a los convenios tramposos de las industrias dedicadas a estos rubros. Desde Salinas de Gortari que negoció el TLCAN y dejó la puerta abierta para que en la reforma de Peña se consumara la estafa, se permite que la empresas o personas que generen electricidad para consumo propio, nada le paguen al Estado. Pero resulta que los comerciantes, especialmente los peninsulares, estaban vendiendo y cobrando la energía más el IVA a sus amigos consumidores, llegando a establecer un déficit de pago de impuestos por más de 7 mil millones, faltando que entreguen al SAT lo correspondiente del Impuesto al Valor Agregado que retuvieron ilegalmente y embolsándose cerca de 136 mil millones de pesos por año con cargo a la CFE.

Por el tema del punto anterior y por ser sinvergüenzas estas empresas, el presidente está dispuesto a llegar al punto de pausar las relaciones con España, creo y veo de forma muy personal que, por primera vez en mi larga vida, un representante de México resguardará los derechos de los mexicanos.

Por causa de este tema el día 12 del presente, hubo varios eventos en Guadalajara, una rueda de prensa por parte de ciudadanos como el Ingeniero Ángel Balderas maestro e investigador de la UAQ (Universidad Autónoma de Querétaro), militantes y representantes de partidos como MORENA y el Verde donde expusieron las causas que motivan esa ánimo,  otra reunión en las oficinas del delegado político en Jalisco de MORENA y una asamblea en el recinto del Sindicato de Telefonistas, con el fin de crear un frente de defensa de la iniciativa de ley para reforma energética, bajo las siguientes premisas:

 1. Mantener la propiedad de la Nación sobre los hidrocarburos que se encuentran en el subsuelo. 

2. Modernizar y fortalecer, sin privatizar, a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como Empresas Productivas del Estado, 100% públicas y 100% mexicanas. 

3. Reducir la exposición del país a los riesgos financieros, geológicos y ambientales en las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas natural. 

4. Permitir que la Nación ejerza, de manera exclusiva, la planeación y control del Sistema Eléctrico Nacional, en beneficio de un sistema competitivo que permita reducir los precios de la energía eléctrica. 

5. Atraer mayor inversión al sector energético mexicano para impulsar el desarrollo del país. 

6. Contar con un mayor abasto de energéticos a mejores precios. 

7. Garantizar estándares internacionales de eficiencia, calidad y confiabilidad de suministro energético, así como transparencia y rendición de cuentas en las distintas actividades de la industria energética. 

8. Combatir de manera efectiva la corrupción en el sector energético. 

9. Fortalecer la administración de los ingresos petroleros e impulsar el ahorro de largo plazo en beneficio de las futuras generaciones. 

10. Impulsar el desarrollo, con responsabilidad social y ambiental.

Esto no es sólo para lograr una seguridad contemporánea, es para garantizar un futuro a dos o tres generaciones de mexicanos.