martes, 17 de mayo de 2022

 La propuesta de eliminar diputados y senadores plurinominales

Por Arturo Fernández Ramírez

Innecesarios y costosos es como siempre se han considerado estos cargos de elección popular. Primero, existe una sobrerrepresentación, tanto en diputados como en senadores que ningún beneficio reporta a la sociedad. Segundo, esto genera que miles de millones de pesos se destinen a cubrir altos salarios y prestaciones cuando hay otras necesidades apremiantes. Tercero, muchos que anduvieron en campaña, lograron un respaldo popular insuficiente para ocupar una posición, pero otros que sin esfuerzo alguno, gozan de una curul al haberla tenido segura anticipadamente. Por eso es necesario que se apruebe la reforma política en este rubro, bien para su eliminación total. O, cuando menos que se modifiquen los criterios de asignación a favor de quienes tocaron puertas pidiendo la confianza del electorado. Esto generaría un equilibrio al constituirse en contrapeso de quien esté en el poder, fortaleciendo el principio de la división de poderes.

 Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, los cargos plurinominales tuvieron, en su momento, un rol importante para que México transitara de los movimientos armados a la vida institucional por la vía de la democracia. Garantizando espacios y voz a las minorías que quedaban sin representación alguna en el poder público ante la hegemonía del otrora partido oficial. Se pretendía así fortalecer un sistema democrático en el que no solo las mayorías fueran escuchadas.

Ahora que la alternancia en el poder es una realidad y que así como hoy gobierna un grupo, mañana lo hace otro. Incluso, es innecesario pertenecer a un partido político, tal y como era un requisito indispensable hace algunos años. Es por lo que se considera que ya cumplieron su ciclo los cargos plurinominales y se requiere su eliminación para ahorrar miles de millones de pesos. O bien, que los mismos sean ocupados por quienes pierden una elección pero que al final de cuentas recibieron respaldo de ciudadanos, quienes también merecen estar representados en los espacios del poder público.

Es decir, ponderando la esencia de la representación proporcional, de darle voz a las minorías, a los que votaron por una o un candidato que no alcanzó la posición por la que compitió, lo justo sería que las plurinominales se repartan a dichos aspirantes. Es decir, que en lugar de que sean los que no hicieron campaña, se asignen estos cargos a quienes anduvieron en la calle pidiendo la confianza ciudadana. En Jalisco, dos posiciones son para los que aparecen en la lista y la tercera se le entrega a quien obtuvo la mayor votación y así sucesivamente. Lo ideal es que todos los espacios sean para los que anduvieron tocando puertas. Esto daría como consecuencia un contrapeso a quien gobierne, generando un equilibrio en el poder, fortaleciendo el principio de la división de poderes.

Por ello, es importante analizar a fondo la reforma política presentada por el Ejecutivo Federal, para que se vote en función de lo que mejor convenga a la sociedad y no a los intereses de los grupos o cotos de poder que prevalecen en nuestro país.


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