martes, 20 de septiembre de 2022

 editorial : La pobreza, génesis del mal

Por el año 480 a 406 antes de nuestra era, el señor Eurípides (dramaturgo griego) dijo: "La pobreza tiene este defecto: incita al hombre a cometer malas acciones". 

Como parte argumentativa para mi escrito, mencionaré que otros de los motivos que mueven al hombre a esas operaciones diabólicas, es el deseo inmenso de riqueza sin fin; alcanzar la meta mediante la fuerza, de lograr lo que no podría por otros medios; ser reconocido y admirado como persona poderosa y sentirse superior a los demás (aunque tengan que reptar primero ante otro con un ego y poder superior al de él). Con esto, demuestra su pobreza en dignidad y espíritu ese ser.

A través de la historia han existido personas que su inmenso deseo de superioridad y ambición de poder los ha llevado a cometer los más grandes crímenes, recordemos desde Caín y Abel; los emperadores del imperio romano como Nerón ya en otros tiempos Hitler, por no mencionar a todos porque los ha habido desde papas hasta ateos, reyes y plebeyos, hombres y mujeres, ningún siglo escapa ni continente.

Llegamos a nuestros días y a nuestro suelo. La inmensa crisis de inseguridad que vivimos tiene varios orígenes, entro otros:

" La cultura de los políticos de llegar a un puesto a enriquecerse y para eso, se asocian con quién sea y les dé esa oportunidad.

" La pobreza del trabajador derivada del sometimiento por los patrones en contubernio con gobierno y sindicatos, donde todos se benefician, menos el empleado.

" La pauperización sistemática del campo, donde se cree que los campesinos son seres sin derechos, sólo les queda el camino de la penuria.

" El robo indiscriminado de los bienes nacionales desde tiempos de la colonia, pasando por la etapa del México independiente, la era de Santa Anna, la época de Maximiliano, la revolución, post revolución y hasta nuestros días.

En la desesperada descomposición social, se han llegado a armar los pueblos en las llamada autodefensas, entre las más sonadas está la de Aguililla Michoacán que fue enturbiada por la mezcla que hizo Alfredo Castillo Cervantes (enviado especial del presidente Peña) de los pobladores con fuerzas de narcotraficantes, teniendo así la justificante gubernamental para arremeter y destruir ese bastión de los habitantes y volver a dejarlos en la indefensión y el olvido.

El abandono, descuido y decaimiento de los cuerpos policiacos que les abre la puerta de la corrupción, desde lo federal, estatal y municipal ha permitido el crecimiento y apoltronamiento de la delincuencia organizada, al grado tal, que hoy por hoy los pillos ponen y quitan autoridades municipales. Establecen retenes carreteros; controlan horarios de la vida popular, otorgan o niegan permisos para fiestas patronales, cobran a los curas por celebraciones (dicho por obispos católicos). Todo esto sin considerar los bajos salarios de los gendarmes (en Ixtlahuacán de los Membrillos, el salario frisa los 6 mil 111 pesos mensuales y sin ningún tipo de seguridad social, prestaciones, ni seguro de vida). 

Algo que también lastima profundamente son los paramilitares, que han sido fortalecidos por los caciques y alguno que otro gobernador.

En serio que no existe una tesis que tenga la probabilidad de tener éxito y amainar esta tormenta feroz.

El Gobierno Federal actual, propone el reparto de apoyos a personas en condición de extrema pobreza. (Y sí ayuda). Creación de becas para educación básica y que los actuales niños tengan una oportunidad de mejorar su vida; el dinero entregado vía el aprendizaje de un oficio; el sostén económico a madres solteras, a niños con capacidades diferentes; empieza también a personas con incapacidad de trabajo, etc. Sólo que no sofoca a corto plazo el fuego de la violencia.

Otra apuesta es el cambio de estrategia contra el crimen: la creación de la Guardia Nacional como un ente que no dependa del criterio de un solo humano por la debilidad que presenta ese modelo ante la corrupción. La lucha de este cuerpo y su fortalecimiento se ha visto con buenos ojos ante la ciudadanía, su base fuertemente militarizada le permite tener firmeza de actuación y presencia con poder de participación ante delitos del fuero común, investigación y protección.

La tarea es inmensamente grande, si consideramos que los grupos como narcotraficantes, traficantes de personas, extorsionadores, secuestradores y sicarios están en 150 diferentes agrupaciones y que van desde cárteles hasta pandillas de barrios y bandas de asaltantes; consideremos que están en la cárcel sólo 188 mil reos (datos de INEGI 2016).

Pero los números reales de los paramilitares y asociados de los cárteles no se sabe a ciencia cierta cuántos son, pero consideremos tres datos:

1. En la intervención para detener a los estudiantes de Ayotzinapa, se calculó que ingresaron a Iguala Guerrero 60 camionetas con aproximadamente 10 personas armadas por vehículo, en total aproximado 600 sicarios.

2. Otra demostración de coordinación y de fuerza se presentó cuando se intentó apresar a Ovidio Guzmán en Culiacán Sinaloa. La confederación de cárteles de Sinaloa donde participaron desde la gente de los Guzmán hasta los del Mayo Zambada y otros, llevaron a cabo acciones desde sitiar viviendas de los soldados hasta columnas de militares en las carreteras. Las cuentas más reservadas dicen que intervinieron mil narcos, otras más como Anabel Hernández comenta hasta 4 mil efectivos, venidos desde todos los pueblos y la sierra.

3. El doctor Buscaglia profesor en derecho del ITAM nos dice que hay más de 167 agrupaciones paramilitares en México, en su declaración al Senado de la República.

En realidad ¿cuánto es el poder logístico y de fuego de la delincuencia organizada? Posible el gobierno federal si tenga datos, nosotros no.

Ahora viene otra cuestión importante: ¿Qué organización policiaca tiene la capacidad de inteligencia, organización, firmeza, agilidad, de fuego y pericia para enfrentarse? 

¿la tiene algún municipio?  ¿qué estado de la república? ¿qué asociación?

Quien puede enfrentar esta fuerza, por el momento sólo el ejército; mientras debe llevarse a un proyecto a plazo mediato de preparación en todos los sentidos a los diferentes cuerpos de gendarmes, no basta con el uniforme; deben pensar, actuar y estar capacitados en habilidades y conocimientos, tener herramientas y respaldo tecnológico, cambios legales que procuren evitar eficazmente la corrupción. 

A los delincuentes capturados, ofrecerles caminos diferentes, justicia recreativa y no sólo vengativa. 

No podemos soltarnos de la mano del ejército para las cuestiones de seguridad como lo pretende la oposición al presidente, no, por lo menos mientras no exista un cuerpo competente y preparado. Por ese motivo el presidente Andrés Manuel solicita que la Guardia Nacional pase a ser administrada por el ejército, mínimo hasta 2028.

Moises Zepeda Gómez./ Para Horizontes


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