martes, 20 de septiembre de 2022

 Política y moraleja: No solo de circo vive el hombre o Fábulas de rey chiquito.

Por Rodrigo Sánchez Sosa

El fenómeno social que no individual, Carrión, ha tomado matices trágicos en ambos sentidos. Una parte de la sociedad sayulense aprueba al presidente municipal de Sayula en turno, en base a una  propaganda  que en su punto más alto raya en el cinismo y la mitomanía (mentira), potenciados por una campaña profesional en redes, pagada seguramente con dinero público; otra lo repudia. 

En este espacio demostramos cómo la publicidad en redes, de la imagen del presidente municipal de Sayula, Jalisco, es manejada desde la ciudad de México por una empresa con razón social "ImaginantesMX"; así mismo esta empresa se encarga de la aparición dentro y fuera del estado en prensa, radio, televisión y revista del presidente  citado, haciendo una propaganda a su imagen personal que no al municipio,  que intenta una proyección, aún sin éxito,  de lo que supuestamente es este así manejado "niño prodigio de la política en Jalisco". 


Esto le ha ganado, al señor presidente, ya treintón, un lugar en un colectivo político a nivel nacional de jóvenes de la comunidad LGBT; liderado y apadrinado por la diputada transexual de morena  María Clemente García Moreno. Este grupo empoderado de la diversidad en la política, tuvo su reunión nacional en el municipio hace unas cuantas semanas, precisamente cuando el presidente de Sayula mando pudorosamente tapar con plástico el terreno donde estuvo alguna vez el Jardín de niños Celso Vizcaíno. El grupo no ha tenido muchos reflectores a nivel nacional,  pero muy probablemente sea un emergente para algunos de los intereses poderosos que se disputarán el gobierno federal en 2024, sin llegar a ser el protagonista principal en este contexto. 

Fuera de eso, parece ser, la estrategia de promoción de la imagen del presidente-niño-prodigio no pega más allá del ámbito municipal, y solo  en ciertos sectores favorecidos por el despilfarro de recursos públicos como  la nómina inflada del ayuntamiento y la inversión en obra de relumbrón que hace segunda a la pachanga popular con su asentó en el chantaje religioso (dicen los cercanos al presidente, que este en privado alardea de una cierta forma de ateísmo, aquí no podemos asegurarlo, pero resulta un dato, de ser cierto, perturbador).

Los que lo reprueban en el ámbito cortesano, hacen énfasis en el carácter poco honesto del presidente, quien dicen, no es una persona confiable, no tiene palabra de honor, practica la doble moral y no duda en apuñalar por la espalda incluso a aquellos a los que debe su empoderamiento, dicen. Tampoco, más allá de lo que se ve, podríamos asegurarlo.  

A quienes nos interesa la política lo vemos como un personaje oscuro en el cual la ideología no existe, no hay lealtad para con ningún sector social (la no política de la política) , con una postura y propuesta de beneficio colectivo que se fundamente en una razón ideológica. Tampoco se puede catalogar como alguien convencido de la "real politic", es decir un líder social práctico cuyas decisiones sean de un pragmatismo radical a toda prueba en beneficio de su comunidad como el de doctor Rivas Peña. Tampoco es un joven político innovador y mucho menos versado en la diplomacia, ni es un conciliador consumado de intereses (se dice es de carácter impulsivo y poco tolerante). En política entra en el perfil del oportunismo, la demagogia, la farsa pública, el engaño cínico y la megalomanía, algo entre Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, oscuro y mañoso como el primero y poco preparado y narcisista como el segundo; fatal combinación. Guardando, claro, las debidas proporciones en esta comparación.

La gente  común, el groso de la población votante en el municipio, su principal bastión en capital político, ve al presidente municipal en su cada vez más notoria contradicción entre la fantasía de facebook e instagram y la realidad avasallante. Los excesos no se puede ocultar porque son excesos, tienen la finalidad de ser notorios, culto al ego: Candidatear a su hermana a la presidencia municipal, financiando y operando él mismo desde la presidencia y con recursos de esta tal campaña a años del inicio legal del proceso electoral, es un exceso; el actuar al margen de acuerdos de cabildo sin pedir autorización a nadie, es un exceso; bloquear y reírse de ciudadanos que lo critican en sus redes sociales, es un exceso; el despilfarro de recursos públicos en tiempos de crisis para el pueblo, es un exceso muy notorio; mentir descaradamente, es un exceso; gastar  recursos públicos en promocionar su imagen sin ningún beneficio para Sayula, es un exceso. Su auto confianza raya en una grotesca petulancia, y es, claro, un exceso que como todos los antes mencionados, la gente capta intuitivamente. Como diría AMLO: "El pueblo no es tonto, tonto es quien cree que lo es…" Poco a poco pero sostenidamente la confianza de la gente común, en este presidente, cae a niveles por debajo de los necesarios para la ambición de este polémico personaje cuyo histrionismo (dotes como actor), digámoslo en su favor, es sobre saliente (no tanto su habilidad en oratoria como presume y lo presumen, aunque ambos hemos de señalar, actor y orador, necesitan que alguien más les escriba un guión, dada su incapacidad de, cómo dice la vox populis, chiflar y comer pinole). La política puede ser un teatro pero la administración pública no, y allí es, como decían los clásicos, donde la puerca torció el rabo.  Dicen los gringos: Se puede engañar a algunos algún tiempo; pero no a todos todo el tiempo. La administración pública es de resultados no de vedetes contoneando sus caderas, tarde o temprano el pueblo se cansa del circo y vuelve cirqueros a sus gobernantes cuando el pan no llega - lo que seguramente en este caso terminará ocurriendo - , porque, ya lo dijo san Cuáz, no solo de circo vive el hombre… ¿Y CIMEX? ¡Ah! ya veremos, en eso andamos. No se pierda la entrega siguiente. 

PD: Disculpe los lectores la poca atención a la redacción de la pasada entrega, pero lamentablemente no contamos con corrector de estilo, y ciertamente no se puede tragar pinole y silbar al viento al mismo tiempo…


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