lunes, 1 de mayo de 2023

            El Día del Trabajo y la Justicia Social

Por Arturo Fernández Ramírez

El 1 de mayo simboliza la lucha en contra de la desigualdad, inequidad y abusos que históricamente se han cometido en agravio de la clase trabajadora. Vidas, derramamiento de sangre, privaciones de la libertad y represión, han costado la mayoría de las conquistas laborales que hoy en día están plasmadas en Tratados Internacionales, Constitución y leyes secundarias. Aunque hay avances significativos en el plano legal, debemos reconocer que falta mucho para que en la práctica se viva una verdadera igualdad y equidad. Es necesario entender en un sentido amplio el concepto de justicia social como la base del crecimiento y desarrollo integral de toda comunidad. Que de ninguna manera se trata de pelear entre sí, más bien, que cada parte, en particular la patronal, asuma una postura de total respeto a la dignidad humana.


    Desde 1889 se conmemora internacionalmente el Día del Trabajo en homenaje a los obreros de Chicago. Con el transcurso del tiempo esta fecha se ha convertido en una celebración tradicional, que pone de manifiesto, que la lucha por mejorar las condiciones laborales de las y los trabajadores sigue vigente.

    En México, la lucha por mejores condiciones en el trabajo tuvo su expresión en movimientos obreros que derivaron en la incorporación de los derechos sociales en la Constitución Mexicana de 1917. En específico en el artículo 123 donde se establecieron un mínimo de garantías a favor de la clase trabajadora. Posteriormente se creó la Ley Federal del Trabajo para regular en un marco de igualdad y equidad las relaciones laborales entre empleados y patrones.

    Actualmente en dicha Ley Federal del Trabajo se habla de trabajo "digno o decente" como aquel en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador y no existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, de salud, migratoria, religión, opiniones, preferencias sexuales o estado civil.

    Se reconoce que el trabajo es un derecho fundamental y esencial para el ejercicio de otras prerrogativas y constituye una parte inseparable e inherente de la dignidad humana. Deben respetarse un mínimo de condiciones de seguridad laboral y remuneración. Es decir, recibir un salario equitativo y justo que les permita vivir y asegurar la vida de sus familias. También, garantizar la seguridad social y las libertades para formar sindicatos, participar en huelgas, entre otras.

    La justicia social se basa en garantizar igualdad de oportunidades y en el disfrute de los derechos humanos. Reconociendo que nuestra sociedad es desigual, mientras unos nadan en la abundancia, otros carecen hasta de lo más indispensable. La equidad busca un equilibrio en dichas asimetrías existentes entre las y los trabajadores y los empleadores.

    Aunque hay avances significativos en el plano legal, debemos reconocer que falta mucho para que en la práctica se viva una verdadera igualdad y equidad en el ámbito laboral. Es necesario entender en un sentido amplio el concepto de justicia social como la base del crecimiento y desarrollo integral de toda comunidad. Que de ninguna manera se trata de pelear entre sí, más bien, que cada parte, principalmente la patronal, asuma una postura de total respeto a la dignidad humana.


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