Semanario Horizontes

 Día de muertos, tradición prehispánica.

Por Arturo Fernández Ramírez

Por su significado y trascendencia, vale la pena recordar, cada año, los orígenes de estos festejos que nos dan identidad. Que nos hacen sentir orgullo de nuestros ancestros, de lo que somos, de la cultura que poseemos y del valor que tiene una las tradiciones que durante siglos se ha conservado. Reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) desde 2003 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Que logra unir a religiosos y a quienes no profesan ningún credo. Y también, genera una gran derrama económica a nivel nacional, principalmente en los lugares donde su festejo tiene mayor arraigo. Como podemos ver, son muchos los beneficios que se logran con el Día de Muertos. Seamos partícipes para fortalecerlo, garantizar su continuidad y desterrar costumbres extranjeras que nada tienen que ver con nuestra historia.

Este 2023 se cumplen 20 años de que la UNESCO, declaró a la celebración del Día de Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se tardaron siglos en reconocer un festejo que, como sabemos, se ha logrado mantener durante muchos siglos, sobreviviendo la conquista Española. Una antigua práctica ceremonial en la que conviven la tradición católica, la precolombina y manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural de nuestro país.

Y, es que, aunque los orígenes son prehispánicos, la Iglesia Católica, que llegó con la conquista de España, la reconoce como una fiesta sagrada. De hecho, la celebración la inicia antes, el 01 de noviembre, recuerda a quienes son considerados Santos. Y el 02, lo dedica precisamente a los fieles difuntos, es decir, de acuerdo a su doctrina, a las almas del purgatorio que necesitan de nuestra ayuda a través de oraciones.

      Si bien el Día de Muertos se festeja a nivel nacional, debemos reconocer que hay entidades que han tenido un mayor arraigo, como Guerrero, Michoacán, entre otras. En las que se genera una derrama económica significativa, además de incrementar la atracción turística traducida en una ocupación hotelera de hasta el 50% o más.

     Como podemos ver, son muchos los beneficios de este festejo, que debe ser motivo de orgullo que forme parte de nuestras costumbres y tradiciones, confirmando la gran riqueza cultural de México. Seamos partícipes para fortalecerlo, garantizar su continuidad y desterrar costumbres extranjeras que nada tienen que ver con nuestra historia, con las raíces que nos dan sentido de pertenencia. Recordemos y rindamos homenaje a los seres queridos que ya se adelantaron al lugar donde con seguridad todos tendremos que ir algún día.