martes, 23 de julio de 2024

 EDITORIAL: A toro pasado

Platicaba un amigo de los grupos de Alcohólicos Anónimos:

Mis padres me dieron todo, nada me faltó. Cuando quedó sola mi madre y fui su único apoyo, fue cuando empecé a consumir las sustancias que me hacían sentir poderoso, muy por encima de la autoridad de mi madre y empecé a apoderarme de todo su patrimonio, la desdeñé, me molestaba que me aconsejara, parecía que me pateaba el estómago que me buscara, sentía que me ponía en ridículo con mis amigos. Sin su permiso comencé a usar los bienes, me compré un auto nuevo, gastaba y disfrutaba en todo lo imaginable, en los antros me conocían y era muy bienvenido por el gasto que les dejaba; ah, pero cuando mi mamá necesitaba zapatos o ropa me molestaba tener que darle y en muchas ocasiones no le di. Pero se fue acabando la paciencia de mi progenitora que me ama tanto que, lloraba de noche en las escaleras (vivíamos en un segundo piso), sus esfuerzos y concejos eran inútiles, yo continuaba con el desenfreno motivado por las sustancias. Llegó un día que ya no hubo dinero y continue robando el monedero de la vieja, luego seguí con los bienes inmuebles, vendí carro, estufa, boiler, plancha, lavabo y hasta el excusado. Una vez el plato colmado, mi madrecita me dio un ultimátum: te sales de mi casa, no me vuelvas a hablar y ya no tienes madre.

Me arrepentí, le pedí que platicáramos que ya iba a seguir por la ruta debida, pero me dijo que sólo me iba a permitir vivir en un cuarto. Ese fue el arreglo.

Esto viene a explicar algo como lo sucedido en el poder, teniendo una nación riquísima en recursos donde el poder en sus diferentes manifestaciones como el legislativo, ejecutivo y judicial deseñan la autoridad del pueblo y se envilecen bajo el narcótico de la droga del poder, una vez encumbrados, pierden la noción de su lugar dentro de la sociedad, se olvidan de proteger la Patria, al pueblo, a la gente. Nunca aceptan las protestas por justicia, menos aún las recomendaciones de asociaciones para encauzar la equidad; no valen solicitudes ni apremios, desdeñan cualquier acto expresivo de reencauzamiento; sienten que queda en ridículo su estatus de autoridad. Si la población requiere su intervención para obtener algo justificado hacen oídos sordos y ojos ciegos, atienden a los poderosos. Se les pidió que dejaran de gastar en la forma que lo hacían y nada atendieron.

Ya extirparon todo lo vendible en México, trenes, vías de comunicación terrestres, aéreas y electrónicas; pusieron como oferta el agua y los ríos, las materias primas del suelo y subsuelo; hicieron grandes estafas con las desgracias, se enriquecieron brutalmente con las viviendas, bueno, ya quedan el boiler, lavabo y excusado de los lugares donde vivimos.


 


Magistrada Norma Lucía Piña Hernández


El poder judicial 5 años tarde quiere el diálogo con los otros sectores del poder, cuando el pueblo padecía (y padece aún) por lo que le hacían (y le hacen), a este poder nada le importó, era primordial continuar en la nube que enajena los sentidos, hacer sentir su potencia en base a sus sentencias, aunque fuesen indebidas y creando o inventando un marco jurídico a la medida del veredicto soslayando lo justo.



El pueblo este 2 de junio dijo ¡hasta aquí! Y empezó a decirle al poder judicial mira:

Cuando te pedimos que atendieras al pueblo en función de justicia y no de intereses, con un dejo de desprecio no atendiste la petición. Se le dijo que fueran más austeros en el gasto y bajaran sueldos a un nivel decoroso y no ofensivo, contestaron muy jurídicamente, pero de manera impertinente que no. Se invitó a reencauzaran los juicios y a cambio, actuando con prepotencia autónoma soltaron delincuentes dejando en el olvido la petición; les regresaron su dinero a estafadores y delincuentes y obstruyeron el pago de impuestos.

No acabaríamos con la cadena de errores si continuamos describiendo.

Ahora que el pueblo se prepara para decirles que desalojen, que ya no tendrán preferencias y que se acabó la sustancia que los hacía sentir omnipotentes, que ya no podrán vender ni la toga que traen puesta; piden diálogo, cuando tuvieron 5 años para comunicarse, ponerse de acuerdo, llegar a convenios, atender solicitudes, apegarse a la justicia y nada hicieron. Las únicas reformas que proponen es que todo siga igual.

Las semejanzas de la vida son buenas maestras y "no es sabio quién da el consejo, es más sabio el que lo toma". Nunca atendieron ni quisieron aprender de las admoniciones y recomendaciones. Tarde, muy tarde para enmendar el camino. La reforma va.

Moises Zepeda Gómez / Para Horizontes


No hay comentarios:

Publicar un comentario