martes, 3 de junio de 2025

 EDITORIAL: Abyección retribuida con traición

En una infinidad de libros ("El cártel" - Don Winslow) novela de investigación basada en hechos reales sobre las drogas en México; (Los señores del narco-Anabel Hernández) investiga la relación entre los grandes capos y las élites policiacas y políticas; (El Traidor- Anabel Hernández) la vida del hijo del Mayo Zambada; ("Los narcos gringos", "La CIA, Camarena y Caro Quintero" - Jesús Esquivel) en ambos, demuestra la relación entre delincuentes y policías de USA; ("DEA, policías y ladrones" - José Reveles) analiza cómo opera la DEA y sus tratos con los cárteles; ("Pablo Escobar: Mi padre" - Juan Pablo Escobar) escrita por el hijo del mismo Pablo Escobar y cómo eran los negocios con el gobierno de Estados Unidos; ("El patrón del mal: La historia de Pablo Escobar" - Alonso Salazar) serie muy documentada que describe la forma y trato de Escobar con los poderosos.

        Podríamos escribir toda la página con descripciones semejantes, pero es importante mencionar las características que todos los nombrados tienen por común.


        Es una generalidad que estas personas llegaron a esos liderazgos desde barrios muy pobres, es decir: eran muy pobres, otra característica: de baja escolaridad; no se puede decir otra cosa del Mayo, Caro Quintero, el Chapo, Treviño Morales, Amado Carrillo Fuentes, los Lupercio Serratos, Osiel cárdenas técnico dental incompleto, algunos con formación militar como Heriberto Lazcano, pero no con alto grado.

Ya con dinero compraban abogados, contadores, militares, policías, políticos, autos de gran lujo, armas vestidas de joyas, se colgaban alhajas costosísimas (dicen que, por negocios, si los atrapaban las regalaban para poder huir), se acompañaban de mujeres guapas y muy "arregladas" de cuerpo, cara y ropa.

  Por eso parece muy atractivo a muchas personas ese tipo de vida; pero los ilusos no consideran que sean sólo muy pocos los que alcanzan ciertos niveles y a base de entregar alma y vida, tranquilidad y paz. Porque una vez internado en ese mundo nada es igual; lo dice Camilo Ochoa quién fue jefe de Plaza de Mazatlán Sinaloa y pagó con 10 años de cárcel ahora tiene que vivir a salto de mata porque los enemigos no se terminan nunca.

       Quiénes sueñan con meterse a ese negocio o empresa criminal, entran deslumbrados, y una vez dentro se enteran de que los sicarios ganan entre 4 ó 5 mil por quincena arriesgando la vida y si traicionan no la exponen, la pierden. se describen y conocen historias muy tristes de muchas personas reconocidas por ser narcotraficantes de renombre y al final cómo sufren

Tampoco se dan cuenta que los Estados Unidos, algunos políticos y grupos tanto de poder como financieros los utilizan como papel higiénico, los llenan de desechos y una vez saturados, éllos mismos los entregan, los encarcelan de por vida y a otros hasta los matan. Como prueba están los 29 delincuentes entregados a los Estados Unidos donde (en el mejor de los casos) les quitarán el dinero, les vedarán su historia y si no les va tan bien, serán prisioneros por el resto de su existencia.

       Así les pagan a esas personas que vivieron "el sueño de engaño americano"; los hacen, los arman, comercian y negocian con éllos y luego los traicionan, los entregan, los atrapan y los sacrifican. Así será completamente el devenir de esas historias, después vivirán el infierno de no ser más que un soplón de este mismo poder que los encumbró; así esas agencias venden las historias de lo que dicen combatir. 


Moises Zepeda Gómez./ Para Horizontes


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