jueves, 1 de octubre de 2009


La Carreta y los bueyes...

Por Rodrigo Sánchez Sosa

El Carretero…

Hola a todos los amables lectores de esta columna. Deseándoles un feliz fin de semana empezamos esta entrega de la carreta. Este viernes se cumplirán 41 años de los acontecimientos que costaron la vida a centenares de jóvenes mexicanos, casi niños, en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco aquel 2 de octubre de 1968. Ya parte de la historia de infamias, el genocidio que el gobierno del nefasto Gustavo Díaz Ordaz perpetró contra la ciudadanía, es uno de los tantos crímenes de estado, impunes, en este país, a los que se suman el jueves de corpus del 71, la guerra sucia de los setenta, el asesinato de perredistas en los ochentas, el bombardeo de comunidades zapatistas en Chiapas en el 94, los magnicidios de Colosio y el presidente del PRI por las mismas fechas, la matanza de Acteal en 1997, la represión en Atenco y Oaxaca en 2006, el asesinato y desaparición de periodistas, activistas sociales, lideres campesinos, opositores al régimen y lideres sindicales en los últimos años. Es imposible olvidar, como quieren y berrean algunos, el parteaguas histórico del 2 de octubre del 68. No solo por ser un crimen de lesa humanidad por el que nadie ha pagado, sino porque la actuación criminal del estado contra el pueblo de México no ha cesado de entonces a la fecha. En este momento en alguna parte del país, se niegan derechos, se violan garantías, se atenta contra los derechos humanos de los mexicanos desde el poder, impunemente. En este momento alguien seguramente sufre de la represión del sistema, que probablemente le costará la vida o su libertad. Y es que este país sigue gobernado por intereses particulares, tanto extranjeros como locales, que les importa un pito los derechos de los mexicanos. Por ello, y por todos y cada uno de los muertos en esta lucha por liberar al país de los criminales que desde el poder lo mantienen secuestrado: el 2 de octubre no se olvida, y ha pasado a ser una fecha del calendario cívico no oficial, como el primero de enero de 1994. Este cúmulo de afrentas al pueblo, puede apurar el estallido social que tanto temen los poderosos, y aún con el ejército en las calles, el cúmulo de cuentas pendientes de los poderosos tarde o temprano tendrá que ser reclamado por un pueblo que no aguantará más hambre, pobreza, humillación y asesinatos. Más de 70 millones de pobres, que seguramente aumentará el próximo año a 80 o más, con el nuevo impuesto a la pobreza, no pueden ser ignorados. Es demasiada gente, considerando que somos 100 millones de mexicanos, para pararla cuando se decida a reclamar un derecho les es otorgado por la Constitución: la soberanía del pueblo para cesar a su gobierno: "La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo (no en su gobierno). Todo poder público (incluido el Ejército y la policía) emana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo (no caduca), el inalienable derecho (no se puede suprimir tal derecho por ninguna razón) de alterar o modificar su forma de gobierno." Artículo 39 de la constitución de Los Estado Unidos Mexicanos. ¿Más claro?...
En el mes patrio, la cursilería patriotera de un Sayula apático…
A pesar de haber sufrido un mal gobierno, inepto, que por ello devino en malo, el municipio sayulense parece sumergido en un letargo que no le permite sacudirse las intrigas que le imponen poderes municipales en detrimento de sus derechos. Sí las últimas administraciones, incluida la electa. Efectivamente, ganaron por mayoría en las urnas del municipio. Empero, la democracia infantil que al igual que en casi todo el país se practica, ha tenido consecuencias graves para nuestros intereses como comunidad. Finalmente, no somos representados por quienes nos gobiernan, sino sometidos, reprimidos, robados y burlados. Ciertamente, algunos grupillos de poder que son beneficiados, se encargan de magnificar los supuestos logros de las administraciones que los han favorecido, para sacar ventaja en el futuro cuando haya que reciclar "monos" o intereses, algunos con más éxito que otros, pues es más fácil hacer ver bien a Rivas que a "Pepino" o Andrés Sánchez. Pero con éxito por la apatía generalizada al respecto, el borreguísimo y sobre todo, por un elemento carente en nuestro medio y parte importante de la democracia como teoría, diríamos indispensable: la conciencia crítica. Los elementos para desarrollar una actitud de análisis critico de la realidad social, no compete a los ineptos columnistas, que abunda en los medios locales, sino a la ciudadanía. Esta práctica no es algo que se aprende en un curso de horas de IFE, sino un valor inculcado desde la niñez. Si en las escuelas, el análisis crítico no es enseñado a los niños y jóvenes ¿cómo podemos aspirar a una comunidad democrática? porque la democracia como gobierno de todos, requiere la participación de todos, la capacidad crítica de todos. Si en la familia se imponen criterios, negando a los niños a desarrollar su capacidad de análisis. Si en las escuelas se imponen regímenes represivos y se fomenta la dependencia de la autoridad rayando en el autoritarismo; si se fomenta en nuestra vida diaria, como comunidad, la intolerancia, peor aún, la segregación, de la mano del machismo ¿no parece lógico que en Sayula tengamos aberraciones políticas y administraciones públicas nefastas? Tiene razón quien me aclare que para el análisis critico, hace falta la información, confiable y oportuna. Lamentablemente carecemos de una presa a la altura, salvo honrosas excepciones, la prensa local no esta a la altura por no usar calificativos que seguramente ofendería a quienes se creen periodistas en el municipio y no saben ni escribir (lo que se llama escribir), ya no digamos se les puede pedir algún tipo de ética o la mínima preparación o en su defecto lecturas (el ciudadano común según criterios de la ONU debería leer al menos tres libros al año. Que no sean de auto ayuda, aclaro). Pero eso si, nuestro nacionalismo raya en lo patético aquí en Sayula. La patria no es el orgullo futbolero, ni la nostalgia del migrante, la patria es la que se construye a diario y también se defiende, no cada mes de la patria con tequila y mariachi, sino todos los días, en las urnas, el trabajo, la escuela y el hogar, porque verdaderamente es lo que tenemos para hacernos lo que somos, mexicanos. La selección de futbol es solo un negocio de la FIFA, televisa y varias marcas comerciales. De hecho a mí ni me gusta el futbol, por eso festejo a la patria en octubre: Viva México…
El Colmo…
Me cuentan mis fuentes, que a un regidor del actual ayuntamiento, desconocidos le agredieron provocándole lesiones de consideración. Se sospecha de un ajuste de cuentas entre intereses ligados a la actual administración. Ya los medios documentaran con detalle, si es verdad tal aseveración, tómelo con reservas. Pero si así es, resulta vergonzoso en lo que se ha convertido la política local, en una vulgar mafia que no tiene el mínimo pudor en mostrarse. Independientemente de todo esperamos que el citado regidor se encuentre bien ¿pero cual era el fin de este atentado? No queremos pensar que se haya degradado a ese nivel. Pero vemos con mucha preocupación actuaciones como la de la policía municipal que la semana pasada dejó a ciudadano de Sayula en coma, en la mayor impunidad. Creo que como sayulenses debemos recitar el mantra sagrado de los desvalidos: Oh, ¿y ahora quién podrá defendernos?...ahí se ven. Tenga cuidado con el H1N1, no es un invento. Cúbrase por favor al momento de toser o estornudar. La cosa es sería.
PD
No añoro mi antigua porción de alegría divina. Pero como ya no podré poner en práctica esta, y como, además, me he entregado a una nueva turbación, espero convertirme en un loco peligroso. Arthur Rimbaud. Poeta francés 1854-1891.

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