jueves, 15 de octubre de 2009


Temas de Interés

Por Arturo Fernández Ramírez

"Sigue el problema del dengue y la influenza en el municipio"

Mas allá de los discursos oficiales de nuestras autoridades sanitarias, los hechos siempre van a ubicarnos en la realidad.

 Y en el caso de la epidemia del dengue y de la influenza, todo hace indicar que no se ha podido tener un control efectivo y los infectados de una y otra enfermedad siguen a la alza.
 Dialogando con algunos médicos, son claros en reconocer, en privado por supuesto, el cúmulo de trabajo que han tenido últimamente a raíz de la proliferación de la influenza y el dengue. Aún cuando se siguen maquillando las cifras en aras de minimizar la magnitud del problema, lo que ya resulta inocultable es que la mayoría de los pacientes que atienden los hospitales tienen relación con alguna de esta enfermedades. Basta acudir a cualquier centro de salud para corroborar lo anterior, incluso se ha llegado al extremo de negar el acceso a personas ajenas al hospital sin importar que vayan a visitar a algún familiar hosptializado. La razón que esgrimen es valedera pero al mismo tiempo reveladora: reconocen en forma expresa que tienen pacientes con influenza y que por lo mismo no quieren que el virus se propague fuera del hospital, por eso restringen la entrada a no pacientes.
 Incluso, cuando la enfermedad muestra cierto avance, aparte de aislar al contagiado lo remiten de inmediato a la capital tapatía para una mejor atención. 
 De igual manera, no es raro que en la mayoría de las familias cuando menos un miembro esté enfermo o presente los síntomas de uno u otro contagio, lo que de alguna manera trasciende al resto de los integrantes y así sucesivamente se va transmitiendo el viruts en el caso de la influenza, ya que en el dengue al parecer la forma de contagio es diferente. Todos los anteriores hechos no se vieron cuando a finales de abril y principios de mayo de este mismo año se difundió profusamente a nivel nacional la aparición de la entonces llamada influenza porcina. En aquel entonces mucho se dudó que fuera verdad toda esa propaganda que trajo como consecuencia medidas drásticas como la suspensión de clases y paralización de prácticamente todo tipo de actividades que reunieran a grupos de personas.
 Mucho se cuestionó en esas fechas que todo eso pudiera tener mas un trasfondo de diversa índile que meramente de salud.
 Lo cierto es que si en esos momentos se magnificó la propagación de la influenza con tal de distraer la atención de otros rubros de suma importancia (como el préstamo multimillonario que México hizo a organismos internacionales para enfrentar la pandemia; como la legalización de las drogas; como la aprobación de reformas constitucionales para restringir las garantías individuales, entre otras acciones) ahora parece que el gobierno perdió el control sobre ya no solo de la influenza sino del dengue también.
 Pareciera que el gobierno se confió pensando en que realmente el problema no estallaría como ahora lo está haciendo y aunque en los discursos oficiales se dijo que se enfrentaría con éxito el asunto, la realidad rebasó a las autoridades.
 Hoy todo hace indicar que no pueden frenar la proliferación de la influenza y del dengue. Lamentablemente, no pueden adoptar medidas como las que asumieron en abril y mayo pasado porque ahora los hechos hablan de la magnitud de un problema de salud, mmientras los discursos a la inversa, para no demostrar la incapacidad total que se tuvo en esos meses, tratan de maquillar la situación.
 Esperemos que nuestras autoridades realmente estén trabajando para evitar una epidemia de grandes magnitudes. Y mas allá de las cifras que den, los hechos son los que deben hablar de su trabajo. Por el bien de todos, ojala que los resultados positivos se empiecen a ver mas rápido que pronto. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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