jueves, 18 de febrero de 2010

Sube el precio de la “Coca Cola”, buen pretexto para dejar de consumirla.
Se anunciò que a partir del pasado miércoles 17 de febrero el precio de los refrescos de Coca Cola aumentarían entre un 7 y un nueve por ciento al público, siete el refresco tradicional y un nueve por ciento la llamada coca light, lo cual se suma al aumento generalizado de todos los precios en productos y servicios en perjuicio del sufrido pueblo de México que ya no siente lo duro sino lo tupido.
Aunque, hay que subrayarlo, el aumento a este refresco, deberíamos tomarlo como punto de partida, para empezar a dejar de consumirlo, que fuera una especie de pretexto para de aquí en adelante, la gente empezara a tomar conciencia del pésimo alimento que representa para la salud pública la ingestión de refresco y más de los productos de cola que sobrepasa los niveles permitidos de nutrición y que han convertido a los habitantes de todo el país en personas obesas y diabéticas, las estadísticas no nos dejan mentir, México es el país número uno en consumo de represcos “per cápita”, (es decir por persona) de todo el mundo, y ya empezamos a ser también los campeones en contar con el mayor número de niños obesos, que más temprano que tarde, serán los gordos y diabéticos del mañana, un problema de salud pública que no reconocen las autoridades quienes se siguen haciendo de la vista gorda y no regulan o controlan la mercadotécnia de estos productos a los que se le debería de obligar a presentar la leyenda de “este producto es nocivo para la salud...” como sí se obliga a los productos como las bebidas alcohólicas y los cigarrillos. Los refrescos producen enfermedades tan graves como la obesidad y consecuentemente la diabétes entre otras por lo que dichas empresas estarían obligadas por ley a alertar de tal situación a los consumidores.
Pero como ya se sabe, se trata de empresas trasnacionales tan fuertes y poderosas como influyentes, a las que los gobiernos lacayos como el nuestro, temen enfrentar, por cuestiones políticas, de dinero, corrupción, o simplemente porque van en el mismo negocio, así tenemos en el mismo ejemplo a las empresas productoras de alimento chatarra, como las Sabritas, el Bimbo, y otras, que se mantienen como las grandes envenenadoras de la población infantil en todo el país contando con la complasencia de autoridades federales, estatales y educativas, que les permiten la venta indiscriminada hasta en las propias escuelas, sin al menos alertar a dichos consumidores sobre el peligro que entraña su consumo.
Total, sube el precio de las cocas, reiteramos, buen pretexto para dejar de consumirla, por qué mejor no incrementamos en la misma proporción de dejar este refresco, el consumo de otros productos como la leche por ejemplo u otros producto más sanos, sobre todo para los niños quienes indefensos ante el bombardeo de la publicidad por la televisión y la ignorancia e irresponsabilidad de sus propios padres, se ven obligados a consumir tanta porquería.

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