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Por Arturo Fernández Ramírez
Y otra vez el “Horario de Verano”
Aunque en realidad nadie ha podido percibir el supuesto ahorro de energía que se logra con la imposición del llamado horario de verano mediante el cual se adelanta una hora modificando el huso horario que normalmente rige en nuestro País; cada año se sigue implementando con los consiguientes desacuerdos de amplios sectores de la población.
Siempre han existido dos versiones en torno a este horario de verano, una la que se mencionó, que es con el fin de lograr un ahorro de energía aprovechando la luz del día que está durante los meses en que se impone, ya que oscurece más tarde y se clarifica más temprano por las mañanas. Los días son más largos que las noches, dice la vox populi.
La otra versión hace referencia a una supuesta imposición de Estados Unidos con el fin de unificar horarios con relación a la Bolsa de Valores, de tal manera que al modificar el horario, económicamente se favorece a esta potencia mundial.
Y aquí es donde aumenta la inconformidad, porque aparte de la molestia que genera el horario de verano, se considera un engaño el que el mismo se imponga únicamente por acatar una orden de un País extranjero.
Se insiste, hasta el momento nadie ha visto el supuesto ahorro que se logra con este horario, porque la población considera que el ahorro que se obtiene por las noches aprovechando la luz del día, se pierde por las mañanas al tener que levantarse más temprano cuando todavía no esclarece y por ende, se tiene que utilizar la energía eléctrica.
El común de la gente pretende que ese ahorro se refleje en los recibos del pago de energía eléctrica, lo cual no sucede y por eso no convence esta medida del Gobierno Federal. Ciertamente se ha dicho que ese ahorro no es propiamente hacia los consumidores de la energía, sino más bien hacia quienes la generan con los consiguientes beneficios ecológicos que esos ahorros pudieran acarrear. Con todo y ello, la realidad hace indicar que se trata más de una decisión política que técnica o de otra índole porque a pesar de que se ha combatido jurídicamente esta imposición, simplemente la Corte ha actuado en forma oficialista como sucede en la mayoría de los casos en que se trata de resolver una cuestión de gran trascendencia social.
Independientemente de lo anterior, lo único cierto es que como se ha dicho, el reloj biológico no sabe de tecnicismos ni de decisiones políticas, por lo que al margen de las razones que motiven el cambio del horario durante algunos meses, todos resentimos ese cambio, pero más los niños, repercutiendo en las clases, ya que el cuerpo tiende a dormirse a la hora de costumbre y levantarse también a la que se tiene programada, de tal manera que al no poder dormirse una hora antes, sí tiene que levantarse más temprano.
En fin, a pesar de los años que lleva el horario de verano, sigue siendo un tema polémico y cuestionado, y si bien las inconformidades masivas no son como antaño, no por ello se puede negar que de manera individual todos seguimos reacios a este cambio de horario. O Usted qué opina estimado lector. Sugerencias y comentarios al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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