viernes, 21 de mayo de 2010



Grafiti, problema que crece en la impunidad

Como se puede apreciar, el llamado “grafiti” es un acto de valdalismo que en los últimos tiempos ha crecido por todos los rumbos de la ciudad ante la complacencia o incapacidad para detenerlo por parte de las autoridades municipales. Vándalos que con conductas como esta, tratan de liberar sus traumas y complejos. De hecho como es notorio, no respetan muro alguno ni edificio por valioso que este sea, por el contrario hasta tratan de buscar los recién pintados o los que más afecten el patrimonio.
El centro de la ciudad, el hospital, apenas terminado de remozar ya está todo pintarrajeado como se aprecia en las gráficas de Horizontes. Llama la atención que algunos vándalos hasta ponen su nombre revelando su cinismo. En el obelisco del jardin del Santuario se observan los nombres del “Sureño” y el “Chachas”, que son dos conocidísimos vecinos del lugar. Particularmente el Chachas, quien vive en la calle Doctor Anguiano No. 72. Aparte de drogadicto y borracho, es también grafitero. Nos preguntamos si los plenamente identificados como es el caso, no sería posible fincarles responsabilidad para que reparen el 

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