viernes, 6 de agosto de 2010


La tierra de los fantasmas

Por Lizeth Sevilla

Nocturno grito. Javier Villaurrutia 


Tengo miedo de mi voz
y busco mi sombra en vano.

¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle incendiando?

¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?

Para oír brotar la sangre
de mi corazón cerrado,
¿pondré la oreja en mi pecho
como en el pulso la mano?

Mi pecho estará vacío
y yo descorazonado,
y serán mis manos duros
pulsos de mármol helado.

En un acto de vaga prudencia, coincidí con mis viejas épocas de Xavier Villaurrutia; yo tuve la fortuna de coincidir con sus textos en la preparatoria, para ser más exactos, encontré los nocturnos en el guion de una obra de teatro cuyas líneas versaban alrededor de la muerte y de los poetas del postsimbolismo. Villaurrutia inicialmente estuvo estudiando Jurisprudencia, pero algún vuelco importante de su vida lo hizo desistir y dedicarse completamente a la Literatura. En estos terrenos fundó la revista Ulises -junto con otros intelectuales mexicanos de la época- en homenaje al escritor Irlandés James Joyce; con este trabajo aglutinó a un grupo de magníficos poetas. En su trabajo poético, si la muerte es el acto amoroso, en otros poemas es la obra pictórica o la escritura misma del poema. 
Los postsimbolistas mantuvieron la idea de la poesía como un puente entre una realidad material y una espiritual, así como el uso de la sinestesia y la utilización de símbolos para nombrar la realidad. Trataban temas como la melancolía y la zozobra entre Eros y Tánatos. Durante esta época inicia el primer periodo creativo de Villaurrutia. 
En el libro Xavier Villaurrutia, cincuenta años después de su muerte, editado por La Centena, Manuel Ulacia refiere que por primera vez en la historia de la poesía mexicana, la homosexualidad es tratada de una manera abierta. La lectura que hizo Villaurrutia de los libros de André Gide fue fundamental para tratar ese tema. Y tuvo el coraje de hablar de lo más íntimo: su sexualidad. Basta ver los libros de Elias Nandino, específicamente algunos poemas en los que cita a Villaurrutia y una estrecha relación literaria. 
La petite mort, sus ensueños, la homosexualidad entre brazos cortados y sexos mutilados, la noche y el día: la metáfora eterna del autor. Y en este día, Nocturno Grito para estas horas de lluvia y calma. 

1 comentario:

  1. Esta vez te aRodrigastes esperemos la proxima "entrega" como dice "Rockdrigo"Ahite vez OK?

    ResponderEliminar