jueves, 9 de septiembre de 2010


Y vuelve la burra al trigo

Por Rodrigo Carrión Grajeda

El Ejido Sayula en decadencia

Fenomenal sin duda fueron las calamidades y penurias que los fundadores del ejido Sayula tuvieron que sufrir durante los años posteriores a la revolución de 1910 para que las tierras se repartieran entre los campesinos de este lugar. Pues los rescoldos de violencia aun se encontraban humeantes dentro de la gran lumbrera en que se convirtiera nuestro país a principio del pasado siglo XX cuando el pueblo trabajador decidió echar abajo la dictadura de Porfirio Díaz. Pese a todo, los campesinos cansados de tanta injusticia de sus patrones, soportaron de todo logrando su cometido aun a costa de su propia vida. Ya que por el simple hecho de solicitar o poseer una parcela para trabajar, fueron tildados de ladrones y comunistas por la clase dominante de ese entonces apoyados como siempre por el clero político católico, siendo pasados muchos de ellos por las armas o ahorcados con un puño de tierra en la boca. Más de 3000 hectáreas fueron las asignadas por el gobierno federal según consta en documento fechado en 1928 para un total de 360 ejidatarios en nuestro municipio las cuales se repartirían equitativamente en tierras de siembra, agostadero y las de fondo común dedicado a la explotación de madera en la sierra de Tapalpa. Mas sin embargo, el enemigo mañoso como siempre espanto a la mayoría de solicitantes con el cuento de que se quemarían en el infierno por tomar lo que no era de ellos, quedando solamente 60 valientes ejidatarios disminuyendo también así la tierra asignada en solo 2060 hectáreas la mayoría de tierra pobre, pues las mejores tierras de siembra en nuestro municipio siguieron en manos de los ricos. Aun así, los campesinos Sayulenses lograron en corto tiempo un cambio de vida más decoroso al que tenían como simples peones en las haciendas. Más de medio siglo el ejido Sayula en contra de viento y marea, incluyendo su ignorancia sobre como administrarse y conformarse en sociedades de producción y venta de sus productos, se mantuvo unido y logro grandes beneficios para el municipio en general. Lastima que en 1988 llego uno de los presidentes de la república, mas retrogradas de nuestra historia como país independiente reformando en 1992 uno de los artículos mas importantes de nuestra constitución, el 27, hiriendo con ello, de muerte la tenencia de la tierra entre los campesinos mexicanos. 
  Hoy día, con el derecho que la nueva ley agraria les otorga a los ejidatarios, pueden solicitar estos el dominio pleno de sus tierras, pasando de ejido, a la propiedad privada. Actualmente el ejido Sayula por diferentes razones principalmente por conveniencia de algunos de sus miembros, aunada a la de sus dirigentes los cuales sacan buenas partidas económicas por prestarse a dichas maniobras y dejando atrás las penurias de sus fundadores, se ha desprendido de más de 300 hectáreas la mayoría de tierra de buena calidad. Es por ello que el ejido Sayula se encuentra actualmente en decadencia con el riesgo de acabarse del todo con las fatales consecuencias que esto traería para el municipio en general. 
Afortunadamente hoy día ejidatarios de la nueva reforma con ideas progresistas muy diferentes a sus antecesores se miran interesados en participar dentro de las políticas internas del ejido mas activamente con la idea de que las cosas cambien y mejoren para sus agremiados es el caso de uno de los candidatos por la presidencia del comisariado, el señor Martin Cuevas Pérez, persona con grandes cualidades y conocimientos en el terreno agrario del ejido en nuestro municipio.


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