jueves, 4 de noviembre de 2010

Desde mi punto de vista

Por Laura Santiago Jiménez

Pasó el 2 de noviembre y con ello se fue ya la celebración a los muertos, como de costumbre la mayoría de las personas, se curan de su amnesia que tuvieron todo el año y entonces recuerdan y van a visitar a sus seres queridos y fallecidos, y en medio de flores amarillas, veladoras, coronas con flores de plástico, etc. Se regresan al pasado, se reabren las viejas heridas y comienzan a vivir de nuevo, por recordar es vivir, bueno al menos eso decía mi abuela Celia que en paz descanse.  
Hay tienen que podemos ver a la gente llorar y rezar otra vez, existe también el típico pariente que ya han pasado mas de 20 años de que murió su ser querido y aun sigue reclamando aquel par de zapatos nuevos que él le regalo a su madre y que no alcanzó a ponérselos y no lo van a creer, como si fuera un capitulo de la novela mas chafa de televisa todavía sigue reclamando melodramáticamente aquel méndigo par de zapatos que hasta la fecha no sabe quien se quedó con ellos.
El panteón por su parte luce tan limpio y regado como lucía el atrio del Santuario cuando supieron que iban a gravar la película aquella del niño y el castillo, estuvieron también los puestos de comida, duros nutricionales y una que otra mesa con cañas, dulces, aguas frescas, etc. Alguna persona comentaba por ahí, que vienen a hacer su agosto, ya que los precios están bien elevados, un taco de camarón cuesta hasta 6 pesos cuando doña Mari la que vende afuera de la escuela José Valdovinos los da a 3 pesos, y es cierto pero lo que no saben es que acá hay que mocharse para pagar un impuesto mas caro según los propios comerciantes.
Lo importante es que todo pasó con mucha tranquilidad y en un orden perfecto, la gente se condujo con mucha precaución y máxima tolerancia, nadie se enojó con nadie todos se saludaban con el claxon o con los dedos de la mano cuando por error algún conductor andaba chocando con otro en aquel mar de coches, ¡¡pero no contaban con su astucia!! Se encontraban los agentes de tránsito y los de échame la mano custodiando el lugar por eso todo estaba bajo control, ibas llegando al panteón y ellos con una cara de chupa limón te recibían y te corrían por unos terrenos horrendos para que “ahuevo” por favor te fueras por ahí y cuidadito te regresaras, sin que fuera un rally aunque a eso se parecía y si tenias suerte de no tirar el mofle gracias al camino lleno de barrancos y tierra suelta, salías por la Virgencita aunque ellos estaban tan alucinados con tanto carro que me dijo el oficial, -vete por ahí derecho esa es la salida, si logras pasar el centro esta a dos cuadras, como dijeron los cholos, -móchense para andar iguales, pues a cual centro se referiría este amigo?, si casi salíamos al salaton.
¡¡Ah!! Pero eso si que llega don Arturo y familia en su coche tsuru nissan color rojo, ¿y que creen? Pues pásele patrón y hasta le quitó los conos para que metiera su coche y lo estacionara en un lugar mucho mejor, no en las arenas movedizas donde estábamos nosotros. En ese momento tuve una leve sospecha, ¿Qué se me hace que aun no hay igualdad para todos los ciudadanos?, tengo la ligera sospecha que no nos tratan parejo a todos.
Y es que don Arturo trabaja en la recaudadora del estado, pues ahí tiene que parece pequeño motivo se hacen de la vista gorda y le otorgan esos pequeños privilegios.
Pero en fin lo bueno es que no pasó a mayores, dejé mis flores, veladoras y las tostadas de lomo y a casa me marché, dicen que los muertos salen a las 8:00pm a comerse lo que uno les lleva. No se si sea cierto o no pero DESDE MI PUNTO DE VISTA, se me hace una hermosa tradición, las que si no dejan de salir ese día y sin falta, son las hormigas que terminan devorando todo lo que encuentran a su paso.






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