jueves, 25 de noviembre de 2010


Y Vuelve la burra al trigo....

Por Rodrigo Carrión Grajeda

A grandes males, grandes remedios

A unos cuantos días de la lamentable tragedia que enlutara nuevamente a otra familia de Usmajac con la muerte de un jovencito de escasos 14 años, las cosas en cuestión de vialidad en el camino viejo continúan igual o peor. Por una parte los automovilistas que usan este camino siguen circulando a altas velocidades como si nunca hubiera pasado nada, tan campantes y despreocupados meten el acelerador sin precaución alguna importándoles al parecer un comino las demás personas que por ahí circulan principalmente los que por necesidad se trasladan a sus respectivos trabajos en motocicletas o bicicletas. No cabe duda que nosotros los humanos somos los peores enemigos de nosotros mismos. Pues ni viendo las fatales consecuencias que provocan la mayoría de las veces nuestros desmanes o falta de precaución al manejar, nos sensibilizamos un poquito siquiera ante el dolor del prójimo y procuramos ser mas precavidos evitando con ello otras tragedias similar. Un día después del accidente y durante el multitudinario funeral del joven Alejandro, en todo el municipio los comentarios y pesares por la irreparable pèrdida de una vida joven los escuchamos por doquier, lástima que a una semana después todo se haya olvidado y las cosas continúen igual o peor por este importante camino tan peligrosos últimamente. La sabiduría popular nos dice que a grandes males, grandes remedios. Razón de mas para que las autoridades en turno empiecen a implementar las medidas convenientes regimentando aun mas y multando quien viole las reglas de vialidad para evitar en lo posible mas muertes innecesarias como el caso que hoy nos ocupa de personas jóvenes con un gran futuro por delante. Lamentablemente no nomas los jòvenes inexpertos o al calor de las copas son los que dan vuelo a sus vehículos en este camino, no, muchos de estos son mujeres de Sayula y del mismo Usmajac quienes rebasan y rebasan como si fueran a recibir herencia poniendo en peligro su propia vida y la de los demás que por ahí circulamos diariamente. Aparte los motociclistas inconscientes hasta con cuatro pasajeros abordo sin protección alguna hacen circo y maroma para trasladarse de una población a otra poniendo en riesgo su vida y de algún automovilista que si cuidan su velocidad y manejan con precaución. De antemano se sabe que nuestro municipio carece de un cuerpo de vialidad propio, que los agentes de tránsito vienen de fuera y poco pueden hacer en este sentido por desconocer a fondo la situación de nuestro municipio. Pero si la conocen las autoridades municipales las cuales al menos deberían de asignar alguna patrulla que continuamente recorra dicho camino haciendo respetar las reglas de vialidad existente y verán que los accidentes se pueden evitar poniendo algo de nuestra parte.

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