jueves, 5 de enero de 2012

Temas de Interès
Por Arturo Fernández Ramírez
La cuesta de enero
El 6 de enero, con la celebración de la Epifanía y las tradicionales Roscas de Reyes, culminan las fiestas navideñas.



Y como cada año, después de estas fiestas, viene lo que ya es común: la cuesta de enero, que no es otra cosa que las dificultades económicas a las que nos enfrentamos la mayoría de nosotros en el inicio del año, primero, por los gastos que tuvimos que hacer en diciembre, segundo, por el pago de los impuestos que se tienen que efectuar de manera anual y tercero, por el costo real de la vida que cada día aumenta más.


Quienes de alguna manera tuvieron la precaución de prever los gastos de enero haciendo las reservas correspondientes, quizá van a sortear sin tanto problema este mes.


Pero quienes no lo previeron o incluso, quienes a pesar de haberlo previsto, no pudieron reservar dinero para enfrentar la crisis de inicio de año, en estos momentos estarán sufriendo ya la cuesta de enero.


Y es que mientras los salarios mínimos se incrementan en un porcentaje ínfimo, el costo de la vida sube de manera desproporcionada, lo que da como resultado la pérdida del valor adquisitivo de los sueldos.


En efecto, en teoría los salarios mínimos se incrementan en el mismo porcentaje en que supuestamente se dio la inflación el año anterior, pero la realidad es que no es así, ya que los artículos de la canasta básica al final de cada año sufren incrementos del 20, 30 o más por ciento con relación al año anterior.


El salario mínimo sabemos que nunca ha cumplido la función social y protectora para la cual fue creado: "… deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos.", según se desprende del párrafo segundo del artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo.


Entonces, los gastos de diciembre; el pago de impuestos en enero; el ínfimo incremento a los salarios; el aumento desproporcionado de los productos de la canasta básica que elevan el costo de la vida; la falta de previsión; entre otros factores, son los que provocan que millones de mexicanos cada año estemos inmersos en graves dificultades económicas y que muchas veces no se circunscriben al inicio del año, sino que se prolongan durante los siguientes meses.


Considero que el hecho de que esta circunstancia sea cíclica, es decir, que de algún modo sabemos que sucede cada año y que por lo mismo, no es algo que surja de manera improvisada o fortuita ni emergente, es para evitar que siga sucediendo.


Dicho en otras palabras, quizá a muchos de nosotros nos hace falta previsión, ser más precavidos para que no nos suceda esto cada año.


Y si bien, probablemente muchos ni aún previéndolo pueden eludir las crisis económicas, el ser previsores puede aminorar un poco la cuesta de enero y en general, aligerar nuestra ya de por sí crisis económica. O usted qué opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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