jueves, 22 de marzo de 2012


ANESTESIA  Emocional
Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores
¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.
Hoy emprenderemos vuelo con un tema revisado en ocasiones anteriores, pero que ésta vez tendrá aplicación directa. Enfoquemos pues la lente en el estrés policial ya que es bien sabido que todos los niveles de gobierno siempre tienen la mirada superpuesta en la pretensión de ir  HACIA UNA MEJOR POLICÍA O SEGURIDAD PÚBLICA.
Según Hans Selyge (fisiólogo y médico vienés) el estrés es la respuesta no específica del cuerpo hacia cualquier demanda sobre él.
Todo comportamiento es un intento para satisfacer determinadas necesidades. Estas pueden ser físicas, psicológicas, sociales o emocionales.
"Cualquier demanda", se refiere al hecho de que todo comportamiento es un intento del cuerpo para responder algunos deseos internos o externos y que los problemas de estrés puedan resultar de las demandas agradables y desagradables.
Un "Estresante", es un evento o una circunstancia opuesta en situaciones de demanda.
En el año 1980 en New York, se realizó un importante congreso mundial denominado " Stress Policiaco" en el que asistieron en carácter de expositores los mejores psicólogos y psiquiatras de América del Norte y Europa. Los invitados a esta cumbre organizada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) fueron, los distintos gobernadores, alcaldes, jefes de policía, y departamentos médicos policíacos de cada ciudad.
En dicha cumbre se reconoció oficialmente que el trabajo policiaco es uno de las muchas profesiones de riesgo más estresante.
La naturaleza de este se ha citado en el fortalecimiento de la Ley debido a la gran frecuencia de los problemas familiares, el divorcio, maltrato familiar, el alcoholismo, los problemas cardíacos, síndrome de depresión, etcétera.
El personal policiaco se enfrenta habitualmente con los peores ejemplos del comportamiento humano; y aún así, la sociedad, el gobierno y la propia Institución esperan de ellos lo mejor, a pesar que en la operatividad de sus funciones y en la rutina diaria trabajan con personas beligerantes, psicópatas, gente peligrosa y seres insensibles con las necesidades de las demás personas, pues siempre están buscando el bienestar propio y lo demás poco importa. Además, se les exige diariamente que sean respetuosos, atentos y considerados hacia todo, incluso cuando se enfrentan con provocaciones severas. Para muchos, el vivir en conformidad con estas expectativas requiere de considerable represión y adaptación emocional.
Recientes investigaciones efectuadas en distintos departamentos policíacos de Latinoamérica, confirman que las propias instituciones no efectúan un marcado seguimiento psicológico de sus propios hombres pudiendo llegar estos a sufrir un estado de estrés crónico.
Este tipo de estrés propio de la profesión policíaca (Latinoamericana) sumado a un sin número de privaciones laborales en las que trabajan. (La mayoría infrahumanas) favorece el aumento del riesgo de contraer la enfermedad crónica y consecuentemente un fatal desenlace para si o terceras personas.
El ocultamiento de las emociones es una de las principales causas del estrés que se relaciona con este trabajo.
La Seguridad Pública es la imagen del gobierno presente, y el tomar en cuenta la buena administración del recurso humano y los tiempos de dedicación beneficiarán de manera adecuada en un servicio de calidad.
Se debe modificar en medida de programas de prevención y no de dificultades, y la situación de pandillerismo y delincuencia no puede ser mediada o disminuida sino existe una reforma al trabajo del policía. Para establecer una ejecución de primer nivel hay que contemplar diversos factores y el tiempo en este caso psicológicamente es un filtro para la eliminación de problemas y la reactivación anímica.
Agradezco el favor de su atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com.
Recuerden algo…
¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

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