jueves, 22 de marzo de 2012


A Fondo
Por Hugo Rodríguez Vázquez
La polémica Ánima de Sayula
A tiempo para ajustar posturas, tenemos qué comentar sobre la polémica  Änima de Sayula, controvertido pesonaje que, querámoslo o no, ha dado de qué hablar de Sayula como nadie lo hizo jamás, ni siquiera Juan Rulfo que como lo sabemos, siempre negó haber nacido en esta ciudad, dicen que por la situación y la fama del Änima, pero que dudamos mucho ese haya sido el principal motivo.
    En más de una ocasión lo hemos comentado en este semanario, acerca del conocido rechazo  del creador de Pedro Páramo y el LLano en llamas, a reconocer su nacimiento en Sayula. Rulfo siempre negó o por lo menos ocultó deliberadamente su natividad en Sayula simplemente porque fue un pueblo que nunca conoció sino hasta que fue mayor de edad. Siendo sus mejores vivencias, en San Gabriel, en donde pasó su infancia, resulta natural que él considerara su terruño añorado ese pueblo que era además el terruño de sus ancestros, de sus padres, de sus abuelos. Sayula, en contraste con San Gabriel, le fue siempre una ciudad ajena a sus sentimientos, a sus añoranzas, a los recuerdos de su niñez
     Guardada toda proporción, es lo mismo que puede sentir actualmente cualquier jóven de Amacueca, de Techaluta, de Tapalpa, de Atoyac, que a los 15 o 20 años de edad, y después de haber vivído y querido todos esos años en su pueblo donde radica, de repente se da cuenta o le informan que su lugar de nacimiento fue Sayula, solamente porque su mamá en ese entonces, tuvo qué venir a parir al hospital de este lugar y así quedó registrado. Es justamente este conflicto de sentimientos lo que seguramente atormentó a Rulfo, el haber nacido en un lugar que no era el de su infancia añorada.
    Así pues, respecto a que Rulfo negó siempre el lugar de su nacimiento por la fama del ánima de Sayula, es al menos,  incierto. Porque los que somos nativos de este terruño, con ánima o sin ella, con lluvias o sin lluvias, con pitayas o sin pitayas, con todo lo que se diga de nuestro municipio, nos sentimos orgullosos de ser nativos de nuestra ciudad.
    Tenemos ciertamente más motivos de sentirnos orgullosos que de aquellos que pudieran avergonzarnos. Provenimos de una raza sayulteca guerrera que fue en su momento raza dominante en la zona. Fuímos por mucho tiempo, según nos relata el cronista e historiador Federico Munguía Cárdenas en su obra La provincia de Avalos, ni más ni menos que  la capital de esa antigua zona sureña de nuestro Estado. Por muchos años también sede del Cuarto Cantón político.
    Si queremos más motivos de sentirnos orgullosos de nuestra tierra tenemos que ponderar que aquí se fabrican  los mejores cuchillos artesanales del mundo y nuestros productores elaboran una riquísima cajeta única en sabor en toda la república. Si los guzmanenses se sienten orgullosos de sus artistas y hombres cultos, en Sayula nada les pedimos y podemos presumir que aquí fue la cuna de uno de los científicos más grandes del mundo, Don Severo Díaz Galindo de reconocida fama mundial por sus acertados pronósticos metereológicos y el único hombre sobre la tierra que fue capaz de predecir con rigurosa exactitud, un terremoto, hecho que hasta nuestros días nadie ha superado en todo el mundo.
     Sayula fue cuna también del gran músico Francisco Cárdenas, creador del vals Viva mi Desgracia y de muchas obras musicales más. Y de Rulfo, no se diga...., la cuna de uno de los grandes escritores no sólo de México, sino de Latinoamérica.
    Asi que, esa polémica por el monumento al ánima, no le vemos nada anormal que no sea la del escepticismo y propio de la ignorancia. “En lugar de críticas, deberían mejor lucrar con el ánima”, nos comenta un lector. Llaveros, talegas, alcancías, toda clase de souvenirs, darían buenos dividendos a muchos artesanos de Sayula, en lugar de enfrascarse en discusiones estériles y ya cadúcos sobre algo que tiene ya más de un siglo de historia.

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