A propósito de la inconformidad de algunos colaboradores del precandidato Enrique Jiménez sobre la nota periodística publicada en la edición anterior en este semanario Horizontes sobre el incidente que escenificó Enrique Jiménez en un restaurante bar del centro de la ciudad, se reafirma que sí sucedieron los hechos, por lo que no se trata de un linchamiento político ni mucho menos de guerra sucia.
Cada quien puede tener la versión de los hechos, pero al final se está hablando de los mismos hechos: Enrique Jiménez se encontraba en estado de ebriedad en un restaurante del centro y la policía tuvo que ir a sacarlo, lo que molestó a Enrique Jiménez y les dirigió ciertas palabras a los uniformados.
Se le puede quitar o poner, se le puede ver de una o de otra forma, se le puede interpretar en un sentido o en otros, pero al final, los hechos sí sucedieron, por lo que no se trató de ninguna guerra sucia en que la que normalmente se inventan mentiras, aquí no hubo ninguna mentira, en todo caso enfoques que cada quien lo pudo haber dado.
Ahora bien, si hubieran sido mentiras, lo más lógico es que se hubiera acudido antes las autoridades competentes, pero no lo hicieron y no lo harán porque saben que se les podría revertir su "defensa", ya que el ministerio público solicitaría el parte informativo de la policías y seguramente se confirmará la versión hecha pública por Horizontes. Por eso no se atrevieron a presentar una denuncia penal.
Cada quien debe asumir las consecuencias de sus propios actos, si Enrique Jiménez cometió un error, si en verdad es humilde, debe reconocerlo y no atacar a quienes solo cumplen con su función de comunicar lo que puede ser de interés de la opinión pública, pero sobre todo, que nunca inventaron nada.
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