Por Arturo Fernández Ramírez
Contra muchos pronósticos, sobre todo del gobierno federal, los maestros continúan firmes en su lucha contra la Reforma Educativa, que como ellos mismos lo dicen, en realidad es una Reforma Laboral, ya que en esencia lo que se reformó fue lo relativo a los derechos de los docentes, más no así el sistema educativo.
Es decir, el gobierno federal llama Reforma Educativa a la regulación laboral que ha impuesto a los maestros a través de las reformas legales que ha implementado.
Por ello, los docentes con mucha razón afirman que no es una Reforma Educativa sino más bien laboral que atenta contra sus derechos como trabajadores de la educación.
Y es que hablar de una Reforma Educativa implicaría entrar al estudio de fondo del sistema educativo pero en cuanto a los programas y modelos de educación que se aplican en los centros escolares, lo cual en realidad no se ha hecho o al menos no con esta llamada Reforma Educativa.
En efecto, en lugar de enfocarse a programas y modelos educativos, el gobierno centró su atención en otras cuestiones que tienden más a la privatización de la educación que por mandato constitucional debe ser pública, laica y gratuita.
Bajo este contexto, cobra fuerza la lucha magisterial, porque no solo han logrado el respaldo de amplios sectores de su propio gremio que por décadas se habían mantenido sumisos al gobierno, sino que los padres de familia y la sociedad en general reprueba que se haya legalizado el cobro de cuotas para mantenimiento de las escuelas cuando esto es una obligación del Estado. Estos cobros implican un tendencia de privatizar la educación pública.
Y seguramente por estos motivos, como lo dijimos al inicio, contra todos los pronósticos del gobierno federal, la lucha magisterial se ha mantenido viva en los últimos meses.
Es decir, no ha pasado lo que suele suceder con muchos movimientos de lucha que solo al inicio se muestran organizados y salen a las calles, pero después se diluyen y se debilitan por una u otra razón, principalmente por falta de apoyo y de recursos.
Los maestros, por el contrario, han salido una y otra vez a las calles y en todas las ocasiones han mostrado capacidad de convocatoria, ya no se diga los plantones permanentes que ha hecho la CNTE en lugares estratégicos como el Distrito Federal.
Al parecer ya se han tenido logros significativos, como en Quintana Roo donde de acuerdo a la información que ha fluido, el gobierno estatal aceptó llevar a cabo evaluaciones de los maestros pero sin que esto implique la posibilidad de despedirlos.
Como ciudadanos debemos ver esta lucha como una buena coyuntura para lograr que las cosas cambien para bien de la sociedad en general y evitar que los llamados poderes fácticos sigan haciendo lo que quieran protegiendo únicamente sus propios intereses, sin importarles que cada día México se suma más en la pobreza y la marginación. No desaprovechemos entonces esta coyuntura y apoyemos esta lucha por la educación pública, laica y gratuita. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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