sábado, 22 de noviembre de 2014

La agricultura por contrato y la renta de tierras para la producción de Berries, caso Sayula
** Ejemplo de la depredación al medio ambiente de la cuenca hidrológica

Por Federico Gonzàlez Alfaro
La agricultura por contrato y la renta de tierras no es un fenómeno nuevo en Sayula, por lo contrario, es un fenómeno recurrente con un sin número de historias más desafortunadas que afortunadas. Recordemos la macro recomendación de la CEDHJ, en ella se reflejan los excesos que ha sufrido Sayula por parte de las agroindustrias. Ni tan poco, voy a ser el primero y el último en ser amenazado por denunciar sus excesos.
Humberto González (1994ª:77-79) señala que la hortofruticultura expansiva en México debe ser entendida como un proceso de conquista de recursos productivos locales por parte de “empresarios de conquista” que se expanden en todo el país buscando más y mejores zonas de cultivo a fin de mantener su competitividad. Dicho proceso de conquista consiste en que los empresarios hortícolas arriban a nuevas zonas potencialmente productivas y buscan de distintas formas (incluso con la fuerza o aprovechando la ignorancia, la necesidad, la edad de los propietarios y/o usufructuarios, personas de la tercera edad que poco les importa ya su tierra) de los recursos productivos que se encuentran bajo el control de otros actores sociales, pues generalmente no se trata de zonas vírgenes, sino de espacios donde previamente existe una estructura económica que al encontrarse generalmente en crisis, genera la posibilidad de que sea “conquistada” por esta actividad económica.
Tanto la agricultura por contrato como la renta de tierras se debe a que se limita la participación de los agricultores locales.
Los contratos los elaboran a gusto y ventaja del que renta o del que comercializa, nunca a favor del dueño o del productor. No existen en dichos contratos, clausulas que limiten el uso del agua, que hablen de reparación del daño ecológico al suelo, al subsuelo, al agua y al medio ambiente.
Afortunadamente, la Ley De Aguas Nacionales cambio y se puede exigir la reparación del daño a todo aquel que atente en contra de un acuífero, del suelo y del medio ambiente. Así, que aunque no estén estipulados en el contrato, las agroempresas se tienen que sujetar al marco jurídico vigente. Desafortunadamente, muchos propietarios lo desconocen y su ignorancia es aprovechada por estos depredadores. Cuantos casos no se han vivido en Sayula de que estos inconscientes, después de contaminar la tierra, de dejar todo tipo de desechos en los campos, simplemente desaparecen dejando al propietario el costo de su limpieza y rehabilitación
Es sabido y comprobado, el daño que causa la agricultura intensiva no solo en la cuenca hidrológica de Sayula, es un problema recurrente en todo el país.
 Las empresas, suelen modificar los contratos para evitar que los agricultores ganen mayor capacidad de negociación. De manera, que año con año, les cambian las reglas del juego. Disminuyen los apoyos, aumentan las restricciones, disminuyen los riesgos producción para las agroindustrias y los aumentan a los productores.
Los agricultores locales, desconocen los mecanismos de comercialización. Están estos, inteligentemente en manos de los “conquistadores”. Estos, son los que ponen las reglas del juego, los que deciden cuando comprar y cuando no, cuando castigar al productor y cuando “motivarlo”.
He recibido amenazas para que deje de escribir sobre los Berries, pues que lástima, por que no voy a dejar de denunciar sus excesos. Esto apenas comienza.

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