sábado, 22 de noviembre de 2014

Leo desde los Angeles
Danzón ese fue el ritmo olvidado, enterrado y obsoleto para muchos pero nuevo para mí en estas tierras de mosaico y textura universal, hizo bailar de nuevo mi corazón . Como parte del formato didáctico facultativo: reacción de una pieza musical Danzon2 del mexicano Márquez, ¡que belleza musical!.
    Me sorprendió de sobremanera la forma como este juvenil arriate musical surge desde la tierra del “Alma Llanera” ejecutando magistralmente una pieza deliberadamente estética que sin ser Bolivariana la asumieron como tal.  En un género de antología netamente de identidad  mexicana,  heredada de los cubanos bohemios, nocturnales, errantes, de piel de fuego que vivieron una época única en tierra Azteca. El primer golpe lo recibió mi estómago. Difícil imaginar que en el lugar donde la ficción se hizo realidad me deparara  otra sorpresa más, la música de mis viejos estaba allí en el salón de la facultad.
     Con los sentimientos encontrados y las emociones enredadas por el cataclismo musical de los vigorosos jóvenes privilegiados y la tormenta nostálgica inundándome hasta el cuello  ahogando mis palabras, vino a mi memoria sacudiendo mis recuerdos empolvados, enterrados, rancios, las vivas imágenes en blanco y negro de los personajes que evocaron la destreza de los muchachos.
     Las vestimentas muy particulares estilo “Pachuco”: sus zapatos negros de charol bien lustrados con vivos blancos, pantalones con pinzas en la cintura  holgados de las piernas (aguados), entubados pegados al tobillo, sombrero estilo “Al capone” y su corbata que contrastaba con su traje bailando en la película de el “Indio” Fernández “Salón México” un guion pegado a la realidad  entre lo  cabaretero y  la decencia que iban de la mano mas no se mezclaban, me llevaron al lugar donde no todo es de prisa, donde no todo es material, donde hay valores y no se vive un mundo de papel.
       Mientras proyectaba en mi mente esta mezcolanza de vestigios de añoranza, los estruendosos relámpagos de la tormenta de fascinación venerada al recuerdo permitieron distinguir finamente el instrumento del bajo con golpe del tambor con los instrumentos mágicos de viento venezolanos se dejaban elevar y bajar las notas del Danzon2 de Márquez tal vez inspirada en la coherencia de las olas del mar que empiezan suavemente de repente tornan intensas hasta llegar al éxtasis y vuelven a su suavidad normal.
   Dudamel,  joven Venezolano  maestro director de orquesta de fama internacional(aquí en los Ángeles es director de la filarmónica del mismo nombre) con un prontuario increíble en complicidad con estos soñadores superdotados echan por tierra aquella vieja frase de que  tiempos pasados son mejores, ellos rodeándose de personas adecuadas para realizar eventos de esta envergadura  nos demuestran que los tiempos son los mismos los que hacen los cambios somos nosotros al entregarnos a una disciplina con determinación dejando el corazón en ella no importa que edad tengas, si eres joven o viejo o tengas limitaciones lo que importa es que hagas algo para ser feliz, o felices y hacer felices a los demás.

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