lunes, 10 de agosto de 2015

TEMAS DE INTERES
Por Arturo Fernàndez Ramìrez
LOS RIESGOS DEL PERIODISMO


A principios de este año la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reportó que del año 2010 hasta esa fecha tenía 433 expedientes de queja por agresiones a periodistas o medios de comunicación; que conocía de 97 muertes de periodistas o trabajadores del sector periodístico, asesinados presuntamente en razón de su trabajo.
Además, de 2005 a esa fecha, había documentado la desaparición de 22 comunicadores y desde 2006 había registrado 42 atentados a instalaciones de medios de comunicación.
Frente a esos números, la CNDH mostró su rechazo ante los ataques contra periodistas y exhortó al Estado mexicano a cumplir con su obligación de protegerlos como parte del derecho a la información y a la libertad de expresión.
Dicha Comisión definió a la profesión del periodista como una actividad pública, precisando que su responsabilidad social es la de investigar y difundir hechos de interés colectivo usando la libertad de expresión con el fin de mejorar las condiciones de vida en la sociedad en la que habita.
Por tanto, dejó en claro que los profesionales del periodismo requieren de garantías que hagan posible su trabajo en un entorno libre de amenazas y de violencia, para evitar que se vulneren sus derechos y dañen a la sociedad entera al restringirle la oportuna y permanente circulación de noticias y opiniones. Se limita entonces a la sociedad su derecho a estar informada.
En el mismo tenor, el pasado 4 de agosto el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Freedom House y el escritor italiano Roberto Saviano, condenaron el asesinato del fotógrafo Rubén Espinosa Becerril, colaborador de Proceso y Cuartoscuro, y exhortaron a las autoridades mexicanas a investigar en profundidad su homicidio y todos sus posibles motivos.
Y es que Rubén Espinosa fue asesinado junto a la activista Nadia Vera y otras tres mujeres en un departamento de la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Los cinco cuerpos presentaban tiros de gracia. Las cuatro mujeres fueron violadas. Espinosa y Vera habían expresado su temor por amenazas recibidas desde el gobierno de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz.
La indignación por estos crímenes ha venido creciendo, no solo a nivel nacional sino también internacional.
Esperemos que estas voces de indignación hagan eco en el gobierno federal no solo para investigar dichos asesinatos, sino también para frenar la grave ola de violencia que existe en contra de los comunicados, sobre todo de aquellos que no aceptan "el chayote" para tergiversar la realidad. El riesgo del periodismo es en realidad en contra de los verdaderos comunicadores que actúan con ética y profesionalismo. No lo podemos permitir por se vulneran muchos derechos humanos.
No solo está en juego el derecho a la libertad de expresión que como humanos tenemos, sino también el derecho que sociedad tenemos de estar bien informados. Si se acallan las voces críticas, las que hablan con la verdad, las que nos abren los ojos de muchas cosas que a simple vista no las vemos, entonces ¿cómo podríamos estar informados?
Mientras el Estado Mexicano mantenga la pasividad o complicidad frente a la violencia que se ejerce contra los comunicadores, se pone en grave riesgo la estabilidad de nuestra sociedad porque estaremos a total merced de la delincuencia. Ojala que se ponga un hasta aquí. Y que viva la libertad de expresión y el derecho a ser informados. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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