domingo, 8 de enero de 2017

Rulfo, Delorme y los 10 pesos cristeros de Sayula

Por Federico González Alfaro

Seguramente, mucho han oído hablar de Rulfo y de la guerra cristera y poco o nada de Jorge Delorme. Les aseguro, que pocos conocen la historia, más allá de la narrativa de siempre. La imparcialidad en este periodo de la historia de México, solo dependerá del cristal con el que se mire. Es una época bastante sensible y difícil de abordar sin caer en uno o en el otro extremo.
. Nuestro viaje en el tiempo comienza el 23 noviembre de 1912, cuando es nombrado arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jimenez. Nunca se podrá comprender la guerra cristera en Sayula, sin conocer antes, a tan singular personaje.
El arzobispo Orozco y Jiménez, siempre basó sus acciones en los cinco Concilios de Letrán, indispensables para iniciar una nueva cruzada contra los enemigos de la Fé y la razón y… por supuesto… para fomentar una nueva reevangelización en México, sin los errores cometidos por  debilidad.
En Sayula, el arzobispo, conto con los recursos, con la religiosidad y con la densidad de población suficientes para desarrollar una sólida estructura parroquial, y, desde donde pudo ejercer una gran influencia para normar la vida religiosa y cívica de sus fieles.
El arzobispo Orozco, inició su cruzada en Chiapas en 1911. Posteriormente, ya en Jalisco, promovió y financió al Partido Católico Nacional. Oponiéndose desde un principio a la ideología liberal del Estado, fundando y promoviendo todo tipo de organizaciones defensoras de la Fé. Para años más tarde, ser uno de los principales promotores de la guerra cristera, pero antes...
En enero de 1912 el Partido Católico se hizo del congreso de Jalisco, tiempos difíciles, Sayula tuvo 8 presidentes municipales entre 1911 y 1912.
El representante por el distrito XV, con cabecera en Sayula no era del Partido Católico, era el liberal JORGE DELORME Y CAMPOS. Nuestro diputado, denunció un proyecto político en el congreso del Partido Católico en el poder. Fue un verdadero dolor de cabeza del arzobispo Orozco ya que unió a los grupos maderistas del Estado. Una calle de Guadalajara lleva su nombre en su honor, pero en Sayula, "no se le conoce".
Los historiadores oficiales de siempre lo dejaron en el olvido, la razón, solo ellos la entenderán. Delorme se atrevió a decir que los del partido católico se aprovechaba de las creencias del pueblo: "tienen a su disposición las promesas de la gloria, las amenazas del infierno, una fábrica inagotable de bendiciones y anatemas". Un verdadero atrevimiento en esa época. Los ataques eran continuos de ambos bandos.
En el concilio de Letrán, se establecía la obligación a que toda obra impresa fuese autorizada por la Iglesia (Index Librorum Prohibitorum), el arzobispo expidió una carta pastoral que prohibía la lectura de los periódicos liberales La Gaceta de Guadalajara, El Correo de Jalisco y El Diario de Occidente, por considerarlos contrarios al dogma católico.
El 15 de enero de 1969, Jean Meyer, narra una exquisita conversación con Juan Rulfo, sobre la Cristiada en el Sur de Jalisco. Una verdadera joya que los invito a consultar completa, así como los concilios de Letrán, la vida de tan singular arzobispo y los estudios de la Dra. Laura O´Dogherty sobre la guerra cristera.
 Rulfo, narra que en junio de 1929, que los cristeros tenían la impresión de que estaban a punto de ganar, así que cuando llegó la noticia de los arreglos (entre el alto clero y el gobierno federal), a finales de junio o principios de julio, se sintieron defraudados. A un país arruinado por tres años de terrible guerra, a la dificultad de encontrar trabajo y una readaptación a todas luces difícil -volver a la vida normal- se añadió, para muchos, el peligro real de ser asesinados. Unos pocos formaron unas gavillas de bandoleros, al estilo Pedro Zamora, por rencor, por la inercia de la costumbre adquirida y por la falta de trabajo; otros más numerosos volvieron a levantarse en armas.
Los cristeros, tenían la oportunidad de presentarse ante las autoridades militares para recibir un salvoconducto (perdón y/o amnistía), a cambio, tenían que entregar el caballo y el rifle, instrumentos de guerra, CONTRA DIEZ PESOS QUE SE LES OFRECIERON PARA REGRESAR A CASA.
Cuando la religión, se convierte en herramienta, en un arma, pierde su bella razón de ser.
La guerra cristera, fue de suma importancia para Rulfo. En la deliciosa narrativa que Rulfo le hace a Meyer, de la guerra cristera y de cómo influyo la misma en su vida, podrán entender el titulo del "Llano en lamas". Ya hablaremos de ella la próxima semana, pero, era sumamente importante ubicarnos en el momento histórico de esta maravilla literaria.

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