martes, 6 de febrero de 2018

                   Entrevista a Anabel Hernández*.
Por Rodrigo Sànchez Sosa

En Ámsterdam la periodista ofreció la plática, comentó el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa… 
"Con la información que tengo, creo que voy a encontrarlos. Nunca fueron incinerados como dice el gobierno mexicano. Tengo información muy importante que detalla que los estudiantes fueron divididos en grupos. Uno de estos grupos fue llevado a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería, por eso el teléfono de uno de los estudiantes indica que la última señal fue registrada desde ese lugar. Los otros grupos de estudiantes fueron distribuidos en lugares cerca de Iguala y fueron asesinados de una manera brutal. Creo que seré capaz de encontrar el lugar donde están sus cuerpos".
 … Los padres de esos muchachos nos han dado una lección de amor y de dignidad muy importante. Ellos están luchando contra el monstruo que es el gobierno mexicano. Los estudiantes fueron atacados bajo las órdenes del coronel del 27 Batallón de Infantería. El gobierno tras los hechos de la noche del 26 de septiembre de 2014, dijo que no sabía nada acerca del ataque a los estudiantes, que se enteró después y culpó a los gobiernos perredistas de la ciudad y el estado. Yo fui a Iguala en octubre de ese año, y empecé la investigación de cero. De los 130 arrestados relacionados con el caso, el 80 por ciento fueron brutalmente torturados para confesar algo que no hicieron. Encontré muchos documentos que prueban que a través del C-4, que estaba bajo control militar esa noche, distintas corporaciones federales como el ejército y  la PGR, supieron sobre los estudiantes incluso tres horas antes de su arribo a Iguala y desde entonces los empezaron a seguir. Lo que pasó fue planeado. Testigos me contaron que la gente que estaba disparando contra los autobuses, eran civiles pero todos los describieron como tipo militar. Le pedí al gobierno mexicano información referente al 27 Batallón de Infantería involucrado con actividades de esa noche. Descubrí que el Coronel admitió que estuvieron en el lugar de los hechos vestidos de civil. También descubrí que había casquillos en dos lugares distintos, que corresponden a las armas que usó el ejército esa noche. No hay ninguna duda que al menos 24 miembros del 27 Batallón de Infantería participaron disparando contra los estudiantes…
  ¿Qué opinas de la aprobación de la Ley de Seguridad Interior?
Me parece muy preocupante y es imposible pensar que esta aprobación fast track no está vinculada al proceso electoral del próximo año. Lo que se pretende hacer con esta ley es tratar de legalizar lo ilegal. Desde que Felipe Calderón decidió sacar el ejército a las calles evidentemente era una situiación ilegal; anti constitucional. Ahora con esta ley se piensa legalizar esto. ¿Por qué es terriblemente peligroso? Está totalmente comprobado que desde el 2006 desde que el ejército está en las calles las quejas por violaciones a derechos humanos en la CNDH empezó a crecer dramáticamente. Si esta presencia ilegal del ejército era peligrosa, si tenemos el caso de Tlatlaya perpetrado por el ejército, el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en la cual el ejército participó activamente de manera impune, si tenemos tantas operaciones de violaciones a DH por parte del ejército impunes… si permanecen impunes cuando era ilegal, qué va a pasar ahora que tienen toda la legalidad para hacer arbitrariedad y media, van a ser doblemente impunes, por lo tanto doblemente peligrosos. Esta ley no solo se refiere a estar patrullando las calles, este tipo de cosas, sino también esta ley permitiría al ejército estar espiando a los ciudadanos. Solo con la mera sospecha, sin ninguna orden judicial. En un momento pre electoral, en unas elecciones presidenciales que evidentemente serán intensas, polémicas… tener un ejército con estas capacidades será vivir en un estado militar de facto, con todas las consecuencias que eso puede significar. Felipe Calderón saca al ejército a las calles, pero ahora con el gobierno de Enrique Peña Nieto, que nació profundamente débil después de la polémica electoral, la compra de votos, el Monex Gate, las condiciones de ilegalidad en las que ganó Enrique Peña Nieto y del poquísimo margen de votos que obtuvo, provocó que su gobierno fuera absolutamente débil. Ante esta debilidad, el ejército adquirió mucho mayor poder. Ahora hasta en el lugar más pequeño de México, está establecido lo que se llama la Policía Militar, que es una cosa que no existía. Existía la Policía Judicial Militar, que era la policía interna del ejército que manejaba las cuestiones de seguridad propia del ejército y de algunas investigaciones de crímenes relacionados con el ejército. Pero esta Policía Militar que uno ve en cada módulo de policía municipal o estatal en México, está con sus barricadas, como si estuviéramos en estado de guerra; está con sus uniformes, con sus camiones haciendo rondines por todas partes. La sensación que hay en las calles es una sensación de temor; no es que la gente se sienta más protegida porque el ejército está en las calles. Si esto lo vas a hacer legal, yo me imagino que en estas elecciones volviera a haber un plantón en Reforma como el del 2006 con Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores, hoy a quien le correspondería remover este plantón sería al ejército y sabemos que el ejército lo va a hacer de una manera bastante violenta, porque para eso están entrenados. El ejército no está entrenado para tocar el silbato y decir "usted deténgase ahí"; el ejército está entrenado para matar.
¿Es el ejército el verdadero poder en México?
Absolutamente. En el caso de Tlatlaya está totalmente impune, cuando los periodistas de Square y de la agencia AP descubrieron que había sido una ejecución, que el ejército había fusilado a 21 personas, el gobierno no tomó ninguna acción; hoy ningún militar está en la cárcel. El ejército es impune, y hay una cúpula de militares a la que pertenece Salvador Cienfuegos que es una cúpula absolutamente corrupta y que es la que tiene el control del ejército. Estamos hablando de un estado militarizado, donde la propia debilidad del presidente permite esto. Cuando empezaron las presiones en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hay que entrevistar a los militares… yo sé de reuniones de expertos de la CIDH entrevistándose con Enrique Peña Nieto y diciéndole, a ver señor, es necesario entrevistar a la gente del 27 Batallón de Infantería. El presidente de la república lo que respondió es: "no creo que esto sea posible". Y la gente se preguntaba, "pero si usted es el presidente de la república", e insistía "no creo que pueda hacerse". En otro episodio, cuando los padres de familia estaban haciendo una manifestación en Guerrero para que se moviera un retén militar, -este episodio lo narro en mi libro La verdadera noche de Iguala", estaban ya tan caldeados los ánimos, que el ejército ya había sacado las armas para disparar contra las personas, y los padres de los estudiantes dijeron, pues aquí nos morimos todos. El sub secretario de Gobernación, Luis Miranda le llama a Vidulfo Rosales, que era el abogado de los padres de los 43 estudiantes y le dice "¿qué estás haciendo?, párate!", pues no, contesta el abogado, este retén que pusieron acá es totalmente ilegal, queremos que se vayan, dile al ejército que se mueva. Y Miranda le dijo: "tu no has entendido nada. El Presidente no le da ordenes al ejército". Esa es la realidad, esa es la situación en la que estamos hoy en día, donde el poder ejecutivo no tiene la autoridad moral, ni el apoyo popular, porque no se lo ha ganado y porque ganó las elecciones de una manera fraudulenta, para poner a raya al ejército y regresarlo a los cuarteles. Se supone que por ley, el Secretario de Defensa Nacional está supeditado a las órdenes del Poder Ejecutivo, se supone que el Presidente es el verdadero jefe de las fuerzas armadas, pero si es un presidente ilegítimo; si es un presidente que apenas ganó con el 25-30 por ciento total de votación, pues no tiene ninguna autoridad ante las fuerzas armadas.
¿Se hace algo para atacar efectivamente a la corrupción?
No desde México. El gobierno de Estados Unidos, por primera vez, para bien o para mal, sí está interesado en atacar la corrupción política en México. Fue Estados Unidos quien mandó la orden de arresto contra Tomás Yarrington, el ex gobernador de Tamaulipas; es el gobierno de Estados Unidos quien giró la orden de arresto contra Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila; es el gobierno de Estados Unidos quien acusa a Eugenio Hernández Flores, también ex gobernador de Tamaulipas de vínculos contra la delincuencia organizada. No es el gobierno de México. Estados Unidos sí está interesado en poder mandar a juicio a parte de esta clase política corrupta. Sobre el involucramiento de militares y la Policía Federal yo conozco de esfuerzos que se están haciendo también en Estados Unidos, de empezar a desmantelar parte de estas redes criminales. El tema es que el gobierno de Estados Unidos también manipula y juega con esta información. A veces le interesa, a veces no le interesa, a veces la usa como moneda de cambio…  Como mexicanos es un error permitir que otro país tome cartas en asuntos que nosotros debemos de resolver. Después de casi once años de supuesta guerra contra el narcotráfico, donde ha habido todos estos muertos y más de 30 mil desaparecidos, pues la gente está temerosa. Vamos a entrar en un momento electoral muy difícil porque la gente está más pobre, más desesperada, más enojada, pero también la gente tiene más miedo. Y más si ves un tanque o una barricada en la esquina de tu casa. Tomás Yarrington fue exonerado por Fox, fue exonerado por Calderón y fue exonerado por Enrique Peña Nieto. Yo hice solicitudes de información a la PGR cuando llegó Murillo Karam, porque se supone que le había incautado algunos bienes a Yarrington de manera preventiva. El gobierno de Enrique Peña Nieto le devolvió todo, y a mí me respondió que no tenían ningún caso en contra del señor Yarrington. Estamos hablando de que esta impunidad en México, no solo es una impunidad del PRI, todos están involucrados de una u otra manera en esta ilegalidad. Padrés ya está libre y el caso de Duarte es una broma, un circo. Lo detengo, simulo que lo voy a acusar, que lo voy a meter en la cárcel únicamente para alimentar la rabia de la gente que quiere al menos ver caer a alguien, y lo acusan de delitos mínimos en vez de acusarlo de las cosas más graves que ha cometido: los vínculos con los Zetas, los vínculos con el cártel del Golfo, ahí no lo tocan, porque eso sí es grave, porque de eso sí, no la libra. Al final de cuentas le van a decir usted disculpe y váyase a la calle.
¿Funciona exponer el caso de México ante el mundo?
Yo pienso que grupos como Amnistía Internacional, los visitadores responsables de diferentes temas de derechos humanos de la ONU, cuyo trabajo constante en México es importante, y otras ONG's han hecho su trabajo. ¿ Pero qué es lo que pasa? La comunidad internacional, principalmente en Europa, se supone que está prohibido hacer acuerdos con países que violan los derechos humanos de sus ciudadanos, y en México es evidente que es ésta la situación y aun así se siguen haciendo acuerdos con el gobierno de México. La comunidad internacional es muy pragmática en el sentido de mientras no sean mis muertos, no me importa, porque me importa más la reforma energética; me parece que están con el cuchillo y el tenedor esperando un pedazo del pastel del petróleo y no importa lo demás. Me parece que el cálculo de la comunidad internacional sobre México es absolutamente equivocado, porque en un país que va a explotar, no va a haber negocio qué hacer. Hay regiones donde muchas empresas han sido abandonadas, como en Michoacán, donde eran tantas las extorsiones y los secuestros que hizo imposible que las empresas siguieran operando. Esto puede ocurrir a nivel masivo en México, si el país termina por desmoronarse. Ahí hay un mal cálculo de negocio. - Dianeth Pérez Arreola.
* Periodista mexicana, autora de "Los señores del narco" y "La noche de Iguala".

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