domingo, 29 de julio de 2018

      EL SALARIO DE LOS MINISTROS DE LA SCJN

Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Aunque no es novedad, pero ahora con el próximo cambio de gobierno federal, se revivió la polémica por los altos salarios de algunos funcionarios públicos, entre ellos, los de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, particularmente los ministros, cuyo salario es superior a los 600 mil pesos mensuales.
Sí, leyó bien, más de 600 mil pesos cada mes, una cantidad que el 80% de la población económicamente activa gana en más de 10 años de trabajo intenso.
Es decir, lo que el 80% de la clase trabajadora gana en más de una década de trabajo, nuestros impartidores de justicia lo perciben en 30 días de trabajo.
Desde cualquier punto de vista, esta desproporción salarial es injusta, no es posible que mientras millones de trabajadores ganan salarios de hambre, unos cuantos privilegiados perciban excesivas prestaciones salariales.
Y obviamente que resulta ofensivo que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pretenda justificar ese salario bajo el argumento de que así garantizan imparcialidad en sus resoluciones, porque entonces, ¿dónde queda la ética? O planteado de otra forma ¿solo con excesivos salarios se puede trabajar con ética? Entonces ¿la ética tiene precio?
Pero además, debe quedar claro que si bien se debe reconocer que en un alto porcentaje el trabajo del Poder Judicial de la Federación es imparcial y fuera de corrupción, no menos deja de ser cierto que ha habido muchos casos de trascendencia nacional en los que las decisiones se han tomado bajo criterios políticos o protegiendo los intereses de los poderosos.
Entonces, en asuntos comunes actúan por lo general con libertad e imparcialidad, pero donde se ventilan fuertes intereses económicos o políticos, sus decisiones dejan mucho que desear al igual que el resto de los tribunales jurisdiccionales.
Por lo tanto, podemos afirmar que a pesar de los altos salarios de los funcionarios del Poder Judicial de la Federación, se han dado casos de corrupción.
En conclusión, los altos salarios de los ministros de la Corte son injustos e injustificables desde cualquier enfoque, ni siquiera en el hipotético hecho de que la totalidad de sus resoluciones fueran dictadas con legalidad e imparcialidad, justifican que ganen estos altos salarios, mucho menos cuando se han dado casos de sumisión a las mafias del poder.
Vamos a ver qué sucede con el próximo gobierno federal, cuyo titular ha afirmado que no es posible seguir sosteniendo a un gobierno rico con un pueblo pobre. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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