Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Todas las luchas sociales son dignas de reconocer, porque solo así es como se logra una mínima de justicia en nuestro país. Si no alzamos la voz, el gobierno sigue haciendo de las suyas y actuando en forma arbitraria.
Un movimiento que tiene décadas luchando es el de los ex braceros que entre 1942 y 1964 trabajaron en Estados Unidos, quien les hizo descuentos a sus salarios, deducciones que entregó al gobierno federal de México, pero aquí "desapareció" ese dinero y por eso han estado exigiendo que se les devuelva lo que les pertenece.
En efecto, en el siglo pasado y con motivo de que Estados Unidos se quedó sin mano de obra para el campo, implementó el "Programa de Trabajadores Migratorios 1942-1964" mediante el cual, mexicanos prestaron sus servicios en forma legal y bajo los Acuerdos para Reglamentar la Contratación temporal de trabajadores agrícolas en aquél país.
Fueron miles de mexicanos los que estuvieron durante muchos años trabajando en aquel país, por lo que fueron millones de pesos los que Estados Unidos les descontó y entregó al gobierno mexicano para que a su vez se los diera a los entonces braceros, cosa que desde luego no hizo y en un acto de corrupción, ese dinero fue a parar a manos de otros, menos a la de los trabajadores de México.
Posteriormente, cuando los mexicanos se dieron cuenta de ese dinero, empezaron a exigir les fuera entregado, pero como suele suceder, el gobierno mexicano se negó, lo que dio como resultado el inicio de una gran batalla social, legal y de protestas que poco a poco han ido obligando a otorgar ciertas cantidades, pero no la totalidad.
Fue así como se logró la Ley que Crea el Fideicomiso que Administrará el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, donde, para protegerse el mismo gobierno, reconoció que el dinero que entregaba era solo un apoyo social y que era un beneficio económico que la sociedad, a través del mencionado fideicomiso, otorgaba a los ex trabajadores mexicanos braceros y a sus familias.
Es decir, nunca se reconoció que era un dinero que pertenecía a los ex trabajadores mexicanos, sino que solo era un apoyo social ("gobierno bondadoso") que la sociedad entregaba a dichas personas.
Como haya sido, miles de ex braceros recibieron algunas cantidades de dinero, como ya lo precisamos, no la totalidad de lo que les pertenecía, solo una mínima parte y con eso el gobierno mexicano pretendió disminuir la presión social.
Pero los ex trabajadores mexicanos y en el caso de los que ya fallecieron, sus familiares que los representan, continúan con esta lucha y siguen exigiendo el pago de ese dinero que les pertenece y que no hay razón para que se nieguen a devolvérselos.
Y como lo dije, la lucha ha sido social, de protestas, pero sin descuidar la parte legal promoviendo acciones ante los tribunales.
Hace días la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió 3 amparos relacionados con las peticiones presentadas por los ex trabajadores o ex braceros en contra de la respuesta que la Secretaría de Gobernación dio a su petición de que les sean devueltas las cantidades que les fueron descontadas de sus salarios durante el tiempo que laboraron en los Estados Unidos de América.
Dicha Secretaría afirmó que no podía atender la petición porque carecía de facultades para ello, y que sólo podía resolver cuestiones relacionadas con el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos aprobado por el Congreso de la Unión.
Pero la Segunda Sala resolvió otorgar el amparo a los quejosos, en virtud de que la respuesta no fue congruente con lo solicitado, toda vez que la Secretaría de Gobernación dejó de considerar que el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos fue creado precisamente para atender las demandas de ese grupo social.
Por lo anterior, la Secretaría de Gobernación deberá estudiar nuevamente la petición de los quejosos y emitir una nueva respuesta que sea congruente con lo solicitado.
Entonces, los ex braceros continúan con esta lucha, misma que es digna de reconocer porque a pesar de llevar décadas exigiendo lo que es suyo y que el gobierno a toda costa se los niega, ellos han mantenido una firme admirable.
Con el nuevo gobierno de López Obrador, quien prometió ayudarlos, se tiene la esperanza de que por fin los pocos braceros que quedan vivos y los familiares de los que ya fallecieron, vean en su poder el dinero que hace más de medio siglo les fue cobardemente robado. Insisto, una lucha digna de reconocer y más cuando vemos que son adultos mayores cuyas fuerzas físicas y salud, están deterioradas, pero no así su gran espíritu de luchadores sociales. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com https://semanariohorizontes.com
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