Semanario Horizontes

 Sexualidad en el Adulto Mayor. 

Lic. y M.C. en Gerontología Juan Ramón Almejo Vargas

almejovargas5@gmail.com

La sexualidad integral comprende aspectos de orden más psicológico y social, como lo son las relaciones humanas y la relación consigo mismo, lo cual permite la posibilidad de desarrollar al máximo el potencial de la persona. Desde esta perspectiva, se puede decir que en toda conducta humana se da una expresión de la sexualidad (Fallas y Valverde, 2000).

En la sexualidad participan diversos componentes:

Componente vincular: se refiere a la forma en que la persona se relaciona con los otros y consigo mismo a partir de la sexualidad, es decir, cómo influye esta en las relaciones que establece la persona.

Componente erótico: comprende lo relacionado con el desarrollo de afectos, sentimientos amorosos y conductas de seducción (Instituto Espill, 2016).

Componente corporal: abarca los procesos fisiológicos que se dan en el cuerpo que sirven de base para la expresión y vivencia de la sexualidad en su sentido más amplio.

Componente ético: consiste en la posición valórica relacionada con la responsabilidad y el respeto que se asume frente a la sexualidad con sí mismo o misma y con los otros.

Componente cognitivo: comprende los procesos de pensamiento y reflexión que se generan en el ser humano frente a la sexualidad, pasando en la adolescencia de un pensamiento concreto, unicausal y que no cuestiona, a un pensamiento más abstracto, capaz de generalizar, reflexionar e integrar (Instituto Espill, 2016).

Existen cambios del proceso de envejecimiento relacionados con los órganos genitales y la sexualidad, en el hombre y la mujer.

Los prejuicios son un fenómeno intergrupal, con una orientación negativa hacia el objeto de éste, en el caso de la sexualidad en la vejez se menciona que no tienen una vida sexual activa y que no están interesados en comprometerse en alguna relación romántica, que mantienen deseos sexuales como personas anormales o inmorales. Algunos prejuicios comunes que a partir de los cambios físicos casi todas las sociedades construyen: "a) los excesos sexuales de la juventud llevan al agotamiento en la vejez; b) el anciano es un discapacitado sexual; c) los ancianos ya no tienen deseos sexuales y menos actividad; d) los ancianos sólo necesitan contacto (Llanes, 2013).

Factores que influyen en la conducta sexual del adulto mayor.

Falta de pareja: esta es la causa que más provoca la abstinencia sexual en el anciano.

Deterioro de la relación matrimonial: este aspecto es uno de los que más se observa es una causa de trastornos sexuales en la tercera edad.

Falta de privacidad y las condiciones de la vivienda: gran carga familiar (Llanes, 2013). 

Prevención de las disfunciones sexuales en la tercera edad.

Una parte considerable de las disfunciones en la tercera edad tienen su origen en desconocimientos, falsas expectativas, sentimientos de minusvalía y otros fenómenos que, si bien desempeñan un papel importante en la aparición de las disfunciones, son relativamente fáciles de combatir y prevenir mediante una adecuada divulgación e información, y hay que cumplir con 3 condiciones: disfrutar de salud razonable; apreciar la sexualidad y disponer de pareja (Llanes, 2013).

La sexualidad en la tercera edad parece tener 2 explicaciones: en primer lugar, la indirecta asociación establecida entre sexualidad y reproducción, mediante la cual se considera que sólo es "normal" la actividad sexual durante la edad reproductiva y, por lo tanto, los ancianos, no tienen por qué practicarla. En segundo lugar, la existencia del prejuicio "viejo enfermo", es tan fuerte que se instala en el destinario del prejuicio e incluso en el personal médico y de enfermería, que atiende a los ancianos (Llanes, 2013).

Consideraciones: los problemas sexuales son capaces de producir empobrecimiento emocional y por tanto empeorar la calidad de vida del anciano. La historia sexual deberá formar parte dela historia clínica general. Para brindar una atención integral al anciano donde se incluyan los aspectos relacionados con su sexualidad (Llanes, 2013).