martes, 21 de junio de 2022

EDITORIAL:  *Triste memoria: el halconazo , 10 de junio 1971


La triste y todavía doliente historia de la represión estudiantil por parte del gobierno Echeverrista a los estudiantes de la UNAM y Politécnico el 2 de octubre de 1968, dejó una profunda y grave herida por la cual todavía respira México, ese día aún no se olvida.

Ese era el PRI-Gobierno, omnímodo, poderoso, inexpugnable, intocable, blindado, aunque formado por muchas piezas, funcionaba como una sola, cualquier funcionario del nivel que fuese, primero defendía a ultranza al sistema político, aunque no tuviese de su lado la justicia, hubiere o no la instrucción de un superior, el proceso así era operado por cualquier nivel de gobierno.

El motivo de las protestas de los estudiantes Pumas (UNAM) y los Burros (IPN) se debía al apoyo que estaban brindando a la Universidad de Nuevo León que había llegado a su cuarta ley orgánica en la que pretendían (cosa que alcanzaron) el pasar a ser autónomos, ahora se llama UANL por ese logro, pero tuvieron la necesidad de ir a huelga, esa fue la causa de las expresiones y marchas en la Ciudad de México.

Para llegar a la masacre del 10 de Junio en 1971, hubo antecedentes de señales de vida democrática en los jóvenes y de muerte por parte del gobierno, no fue casual; los estudiantes venían de un tremendo aprendizaje en la Plaza de Tlatelolco y reorientaron sus programas y estrategias hacia el interior y al territorio nacional; en cambio el gobierno, como lo mencionan algunos relatores, preparó jóvenes violentos reclutados en barrios marginados, primero fueron adoctrinados, les enseñaron a usar armas, lucha cuerpo a cuerpo, artes marciales usando palos de kendo, muchos fueron entrenado en japón; la preparación llevó dos años. ¿Qué persona indefensa podría oponerse a un profesional entrenado dos años y con armas?

Según el Diario El Comercio de Perú; "Investigaciones académicas y de organizaciones civiles ubican al coronel Manuel Díaz Escobar como jefe y creador del grupo". Este militar era subdirector de Servicios Generales del gobierno capitalino para el año 1971 y aceptó tal señalamiento, justificando a esta fuerza que sería para salvaguardar lugares estratégicos como subestaciones eléctricas, estaciones y centros de mantenimiento del metro.

Mientras, en informes de partes de la Dirección Federal de seguridad hay reportes de quejas directas de parte de los Halcones al presidente Díaz Ordaz reclamando que no llega la paga prometida. Así se ratifica que estos grupos paramilitares fueron creados desde antes de 1970.

Pero ¿y en Jalisco que pasaba en ese tiempo? Reinaba en los ambientes estudiantiles la famosa y gansteril Federación de Estudiantes de Guadalajara, que en 1968 estaba lidereada por Enrique Alfaro Anguiano (padre del actual gobernador) que quedó en silencio absoluto ante los hechos sucedidos del 68, ya para 1971 representaba esta organización Fernando Medina Lúa (asesinado a las puertas de la Escuela Politécnica), pero tampoco tomó parte, ni hizo denuncia alguna por lo sucedido en junio 10 de 1971. José Alberto Galarza actual presidente de la FEU afirma que el edificio Hermenegildo Romo García (ahora ya demolido), ubicado en la colonia Miraflores en Guadalajara, le fue regalado a la FEG a cambio de su dócil silencio.

Las graves agresiones de ese gobierno al pueblo están consideradas como violaciones a los derechos humanos, porque:

1. Atentaron contra la vida, con una fuerza desmedida, premeditada y sin existir provocación ni agresión de la parte atacada.

2. Violaron la integridad personal, no sólo de estudiantes, de la población en general al hacer disparos de armas directos, discrecionales y sin dirección.

3. Retener a alumnos y encarcelarlos por el sólo hecho de expresarse.

4. Evitar una reunión pacífica donde el estado de derecho no era violentado.

5. Cercenar el derecho a expresar las ideas.

6. Cortar de tajo el legítimo derecho a la asociación pacífica, sin mediar intervención judicial ni mandamiento por autoridad competente.

Todavía está en el corazón doliente esa obra, que fue una más de las causas del inicio de las guerrillas denominadas 23 de Septiembre y que a la fecha después de 50 años, nos heredaron la caída de un sistema agobiante, utilitario para la clase política y altamente represor.

¡Gracias muchachos! Les recordaremos siempre.  (Moises Zepeda Gómez/Para Horizontes).



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