martes, 21 de junio de 2022

 


       Llegan las lluvias, inician los daños

Por Arturo Fernández Ramírez

Aunque la naturaleza es cíclica, actuamos como si lo desconociéramos, la falta de previsión y prevención en que siempre incurrimos, así lo demuestra. En tiempos de secas provocamos quemas que somos incapaces de controlar, por más avanzada que esté la tecnología. Es necesario que venga el siguiente ciclo natural para que ponga fin a este tipo de siniestros. Llegan las lluvias, acaban los incendios, pero inician otro tipo de daños por la negligencia de haber cambiado o tapado con basura los cauces del agua o realizar construcciones en lugares equivocados. En suma, la mano del ser humano sigue estando presente en los desafíos y alteraciones a nuestro hábitat.


    De acuerdo a los pronósticos de los expertos, se adelantó unos días el temporal de lluvias 2022. Y aunque esto se había anunciado hace pocas semanas, de nueva cuenta la falta de previsión y prevención se dejó sentir en las primeras precipitaciones que han caído. Empezaron a florecer los daños materiales de los que cada año nos quejamos, inundaciones, grietas, árboles caídos, entre otros. Debemos reconocer que así como la mayoría de los incendios son provocados por la negligencia humana, pasa lo mismo con los perjuicios ocasionados por la aparente demasía de agua pluvial. Y digo aparente porque la realidad es que muchas veces no hay tal exceso, lo único es que se altera el curso normal del agua y esto genera consecuencias.

    Una indebida planeación urbana da como resultado que muchas viviendas sufran inundaciones por haber sido construidas en el lugar incorrecto. El desvío de los cauces del agua, tirar basura o escombro, la contaminación, también provocan fatales consecuencias. Aunado a la falta de previsión y prevención por parte de las autoridades y ciudadanía en general, que esperamos a que lleguen las primeras lluvias para actuar y pretender corregir lo que con tiempo se pudo haber hecho.

    Todos los ciclos de la naturaleza son necesarios para sobrevivir, la sabiduría con que suceden unos a los otros, mantienen el equilibrio que se requiere. Alterar esa secuencia o proceso, provoca un desequilibrio y efectos lamentables. Sabemos interpretar esos movimientos y cambios, con sus excepciones cuando se trata de fenómenos atípicos, pero en lo general podemos prever lo que sigue. Lo único que nos falta es actuar con mayor responsabilidad, no solo cuidando a nuestro ecosistema, sino también llevando a cabo acciones preventivas que nos permitan disminuir los riesgos de muchas contingencias.

    En fin, son las primeras lluvias, esperemos que podamos actuar todavía en prevención para evitar o disminuir al máximo los riesgos de desastres. Que sean mínimos los daños materiales que se ocasionen y que podamos concluir el temporal sin pérdidas humanas. Llevemos a cabo lo que a cada quien nos corresponde para que así sea.


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