Temacapulin por la vida / Contra las presas
Maya Piedra
Hombres, mujeres, niños y ancianos, pobladores de varias localidades de los Altos de Jalisco, nos encontramos en situación de vulnerabilidad y alto riesgo de violación de nuestros derechos fundamentales, principalmente el derecho a la propiedad, a la seguridad jurídica, a la vivienda, a la alimentación, a la información, a la consulta y a un medio ambiente sano; como consecuencia de la construcción de la presa "El Zapotillo", que contempla la construcción de la cortina, el área de embalse y el acueducto, ubicado en el Río Verde.
Actualmente impera una lógica de ordenamiento territorial que propicia la explotación de recursos naturales en todo el planeta. Recursos que han sido criados y resguardado por las comunidades campesinas, pescadoras y gente de los bosques; poblaciones que establecieron una relación con el territorio, que permite la reproducción y generación de biodiversidad, denominada por los pueblos del sur como: crianza mutua. Sin embargo la lógica de producción del sistema capitalista, el cual intenta convertirlo todo en mercancía rompe con ese ciclo y en su lugar establecen: la manipulación de la materia por la mano del hombre. Transgrediendo formas de producción y consumo que se han venido desarrollando a través de largos periodos de tiempo.
Así, sucede que actualmente los elementos que permiten la vida en la tierra, son transversalmente modificados, en cada una las formas en que se expresan. Tal es el caso de la abrupta interrupción del cause del Río Verde para la construcción de la Presa el Zapotillo y la consecuente inundación de 4,500 hectáreas y tres poblados: Temacapulin, Acasico y Palmarejo ubicados en el municipio de Cañadas de Obregón, en los altos del estado de Jalisco. El Zapotillo es uno de los mega proyectos prometidos por Felipe Calderón durante su sexenio para la iniciativa privada, tanto nacional como internacional, con el cual se pretende suministrar agua potable a los corredores industriales del vecino estado de Guanajuato.
Sin embargo el Río Verde y el territorio que pretenden inundar, aparte de cumplir con la función ya bastante importante de abastecer a la población de agua potable e insumos para la satisfacción de necesidades básicas como: vivienda y alimentación y siendo esa región, uno de los centro de producción lechera más importante del país. Resulta que también nos encontramos con condiciones geoclimaticas especificas, que propician un ecosistema rico en recursos naturales: tierras fértiles, mantos acuíferos, cañadas, valles, bosques de sabinos, minerales solo por mencionar algunos.
A su vez, dichos recursos establecen un equilibrio entre las especies y el clima. Por consiguiente la inundación y destrucción de los suelos para la construcción de la presa, generaría un fuerte cambio climático en la zona, puesto que los bosques entre otras cosas determinan la capacidad de absorción de bióxido de carbono y recargan los mantos acuíferos de agua dulce; de tal manera que la perdida de biodiversidad optimizaría el surgimiento de plagas y la escasez de agua y alimentos, lo que llegaría a afectar un diámetro de población-territorio aun no contemplado.
Así es como al irrumpir de manera tajante y monstruosa, la reproducción de la naturaleza, venimos desencadenado procesos hasta el momento no asumidos. Sobretodo si cuantitativamente nos hacemos concientes de que en los últimos 40 años los proyectos de desarrollo capitalistas, han ocasionado una extinción de especies vivas únicamente vista hace 65 mil millones de años, cuando sucedió la desaparición de los dinosaurios.
Finalmente ante la construcción de la presa el Zapotillo los habitantes de Temacapulin, Acasico y Palmarejo, con el apoyo de la Sociedad Civil nacional e internacional se oponen ante tal amenaza y emprenden una lucha por el derecho a decidir sobre si mismos y sus territorios, contra la imposición de un sistema de vida que transgrede todas las formas de producción y consumo originarias, tanto sociales como ambientales.
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