viernes, 19 de octubre de 2012


ANESTESIA  Emocional
Por el psicólogo Arturo Fregoso Flores
¡Acérquese! Aquí andamos otra vez en este espacio que es alimento para el ánimo del escritor.Hoy con el favor de su atención les traigo algo sobre el tema "TERAPIA DE AUTOCONTROL".
La terapia de autocontrol consiste en una serie de técnicas que tienen por finalidad aumentar la conciencia sobre los pensamientos que guían nuestras acciones. Este tipo de terapia fue desarrollado y utilizado con mucho éxito por el psicólogo Albert Bandura.
A Bandura se le conoce como el autor de la teoría de aprendizaje social y de la autoeficacia y se le atribuye el experimento del muñeco Bobo que trata de analizar el comportamiento agresivo que tienen los niños.
Para llevar a cabo el experimento, utilizó una película realizada por una estudiante suya, donde la joven pegaba a un muñeco bobo. Al recibir estos golpes lo que hacía el muñeco era tambalearse de un lado para otro. De forma agresiva no sólo le pegaba sino también le insultaba gritando ¡estúpido! Esta película fue vista por un grupo de niños de guardería. En el lugar de juegos de dicha guardería se encontraban las herramientas necesarias, inclusive el muñeco bobo así como varios observadores. El resultado fue un grupo de niños golpeando sin piedad al muñeco, incluso repitiendo ¡estúpido! En definitiva imitaban con precisión a la joven de la película con lo que nos lleva a pensar que la teoría social del aprendizaje se fundamenta en la observación o modelado. Las ideas en las que se basa la autorregulación (controlar nuestro propio comportamiento) han sido incorporadas a una técnica terapéutica llamada terapia de autocontrol. Ha sido bastante exitosa con problemas relativamente simples de hábitos como fumar, comer en exceso y hábitos de estudio.
Se destacan las siguientes técnicas:
1.  Tablas (registros) de conducta. La auto-observación requiere que anotemos tipos de comportamiento, tanto antes de empezar como después. Este acto comprende cosas tan simples como contar cuántos cigarrillos fumamos en un día hasta diarios de conducta más complejos. Al utilizar diarios, tomamos nota de los detalles; el cuándo y dónde del hábito. Esto nos permitirá tener una visión más concreta de aquellas situaciones asociadas a nuestro hábito: ¿fumo más después de las comidas, con el café, con ciertos amigos, en ciertos lugares?
2.  Planning ambiental. Tener un registro y diarios nos facilitará la tarea de dar el siguiente paso: alterar nuestro ambiente. Por ejemplo, podemos remover o evitar aquellas situaciones que nos conducen al mal comportamiento: retirar los ceniceros, beber té en vez de café, divorciarnos de nuestra pareja fumadora. Podemos buscar el tiempo y lugar que sean mejores para adquirir comportamientos alternativos ¿dónde y cuándo nos damos cuenta que estudiamos mejor? Y así sucesivamente.
3.  Auto-contratos. Finalmente, nos comprometemos a compensarnos cuando nos adherimos a nuestro plan y a castigarnos si no lo hacemos. Estos contratos deben escribirse delante de testigos (por nuestro terapeuta, por ejemplo) y los detalles deben estar muy bien especificados: "Iré a cenar el sábado en la noche si fumo menos cigarrillos esta semana que la anterior. Si no lo hago, me quedaré en casa trabajando".
También podríamos invitar a otras personas a que controlen nuestras recompensas y castigos si sabemos que no seremos demasiado estrictos con nosotros mismos.
En conclusión estimado lector: Si quiere vivir con calidad, calidez, y a su manera como la canción inmortalizada por Frank Sinatra y muchos otros cantantes más; pues entonces sea receptivo, sea, educado, sea congruente, sea organizado, sea luchador, sea amoroso y siempre cumpla lo que se propone, porque por más chiquito que sea ese logro; afianzará su prestigio y potencial humano.
Agradezco el favor de su atención y sigo recibiendo sus opiniones en mi correo electrónico arturo_fregoso@hotmail.com.  Recuerden algo… Si la única herramienta que tienen es un martillo, piensen que cada problema que surge es un clavo. ¡Atrévanse a soñar!, confíen en ustedes y ¡hagan que las cosas sucedan!

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