viernes, 22 de febrero de 2013


Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
Continúan las extorsiones telefónicas
Por más difusión que se le ha dado a la modalidad de este delito que a través de llamadas telefónicas se realizan, parece ser que la ciudadanía sigue siendo víctima del mismo.
Ante esta situación debe analizarse qué es lo que realmente está sucediendo, probablemente no se le está dando la publicidad suficiente y por eso muchas personas siguen cayendo en las garras de la delincuencia en la modalidad que comentamos.
Y es que la mejor manera de combatir este ilícito es con el apoyo de la misma ciudadanía, ya que en la medida en que esté mejor informada en esa misma medida los delincuentes toparán con pared.
Después de cometido el delito las autoridades difícilmente pueden hacer algo para sancionar a los responsables, toda vez que se trata de anónimos, se trata de delincuentes que no dan la cara, que su fortaleza es precisamente permanecer sin ser identificados, por eso es necesario que se trabaje en la prevención.
De ahí la importancia de que nuestra población esté debidamente informada de estas extorsiones para que eviten caer en el engaño y así deje de ser un delito redituable para estos delincuentes.
No veo otra forma más efectiva más que informar a la población de tal manera que cuando se reciban llamadas de esta naturaleza, inmediatamente se rechacen.
O en el mejor de los casos, pagar con la misma moneda, en lugar de que nos engañen tratar nosotros de engañar a los delincuentes haciéndoles creer que caímos en su juego sucio, que nos den tiempo para juntar el dinero que nos piden, que nos den el número de cuenta en la que debemos depositarles, diciéndoles en que poco tiempo les haremos el depósito correspondientes.
Y en ese tiempo que logremos ganar, informar inmediatamente a las autoridades para que inicien las investigaciones correspondientes, sobre todo acerca de la cuenta bancaria y posteriormente del teléfono del cual nos hacen las llamadas que aunque aparecen como números privados o simplemente no aparece ningún número, quizá con el avance de la tecnología se logre identificar el lugar del cual se está haciendo la llamada.
Y así, poco a poco, entre más denuncias haya desde el momento mismo en que se recibe la primer llamada sin permitir que se quede consumado el delito, creo que las autoridades podrían tener un mejor éxito en sus investigaciones para poner fin a estos delitos.
Por lo pronto, ante la dificultad que tiene la autoridad de sancionar a quien ya cometió este tipo de conductas antisociales, es imprescindible que sigamos dándole una mayor difusión a la forma en que operan estos delincuentes para que nuestra población pueda defenderse por sí misma evitando ser sorprendida con este tipo de llamadas telefónicas que tanto daño han causado a miles de familias. Mantengámonos informados y  hagamos lo propio con nuestras familias y con quienes nos rodean. Solo así podremos ganar la batalla a las extorsiones telefónicas. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
 
         



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